WASHINGTON.- Estados Unidos iniciará antes de mayo una retirada gradual y sin condiciones de todas sus tropas en Afganistán, con el objetivo de poner fin en septiembre a la guerra más larga de su historia.
La decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, adelantada este martes por una fuente oficial y que el mandatario detallará en un discurso este miércoles, plantea un nuevo calendario de retirada y borra el compromiso de su predecesor, Donald Trump, de sacar a las tropas del país antes del próximo 1 de mayo.
«El presidente cree que no se puede poner fin por la vía militar a la guerra en Afganistán, y que llevamos demasiado tiempo allí», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.
La meta para la retirada: el aniversario del 11-S
El plan de Biden es comenzar el proceso de retirada «antes del 1 de mayo» y dejar a «cero» las tropas antes del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que llevaron a Estados Unidos a invadir Afganistán, explicó un alto cargo estadounidense, que pidió el anonimato.
EE.UU. se «coordinará con la OTAN y sus socios para que retiren a sus fuerzas en el mismo plazo» marcado por Biden, añadió ese funcionario en una rueda de prensa telefónica.
Actualmente, hay unos 3.500 efectivos estadounidenses en Afganistán, entre ellos 2.500 militares y 1.000 miembros de las fuerzas especiales; mientras que la OTAN mantiene a otros 7.000 soldados, procedentes de otros países de la Alianza y socios como Georgia.
El calendario marcado por Biden dejaría en casi 20 años la duración de la guerra más larga de la historia de Estados Unidos, que comenzó en octubre de 2001 para acabar con la protección que el régimen talibán daba a Al Qaeda y a su entonces líder, Osama bin Laden, en su territorio.
Desde entonces, han muerto más de 100.000 civiles afganos y más de 2.300 soldados estadounidenses, aunque en el último año no se ha producido ninguna baja ente esas tropas.
El fin de la «guerra al terrorismo»
Completar la retirada antes del vigésimo aniversario del 11-S permitirá a Biden pasar página a la «guerra contra el terrorismo» lanzada hace dos décadas por el expresidente George W. Bush, y desviar la atención hacia otros temas prioritarios en su política exterior.
«Tenemos que centrar nuestras energías en los retos que son más urgentes para Estados Unidos: el de la competición con China, el que presenta la pandemia actual y las futuras, y el que supone el carácter mucho más disperso de las amenazas terroristas actuales, que están en muchos países» y no solo en Oriente Medio, apuntó la fuente.
Aunque Biden ya había adelantado que le resultaría «difícil» cumplir con el calendario de retirada marcado por su predecesor, ese compromiso al que llegó Trump con los talibanes le ató de todas formas las manos para diseñar algún tipo de plan de salida del país centroasiático.
Los talibanes amenazaron hace meses con represalias si Biden no se ajustaba a la fecha límite de mayo, y aunque aún es posible que cumplan esa advertencia, tampoco puede descartarse que se sientan apaciguados por el anuncio de una nueva fecha para la salida de EE.UU.
«Hemos dejado claro a los talibanes que responderemos de forma contundente a cualquier ataque contra las tropas estadounidenses mientras ejecutamos nuestra retirada segura y ordenada», recalcó el citado funcionario.
Sin condiciones
Biden no impondrá condiciones a los talibanes o al Gobierno afgano para completar el repliegue, como hicieron sus predecesores, porque cree que esa estrategia «es una receta» para que EE.UU. se «quede para siempre en Afganistán», precisó la fuente.
El mandatario quiere dejar atrás la estrategia militar y pasar a otra «diplomática, que apoye el proceso de paz» entre el Gobierno afgano y los insurgentes, agregó la fuente.
Esas conversaciones, que comenzaron en septiembre pasado en Doha, no han dado frutos hasta ahora y el nivel de violencia en Afganistán sigue muy elevado, por lo que la ONU, Turquía y Catar han convocado una conferencia de diez días en Estambul.
Está por ver si el anuncio de Biden tendrá algún impacto en esa conferencia, que busca revitalizar el diálogo de paz y cuyo inicio está previsto para el 24 de abril.
Críticas en las filas republicanas
Los talibanes no reaccionaron inmediatamente al anuncio de Biden, que sí suscitó críticas entre la oposición republicana: el líder de la minoría de ese partido en el Senado, Mitch McConnell, lo tachó de «error grave».
«Esto es una rendición ante un enemigo que todavía no ha sido conquistado, y una abdicación de liderazgo estadounidense», afirmó en un comunicado McConnell.
«Los conflictos no se ‘acaban’. O se ganan o se pierden. Estados Unidos debe estar comprometido a ganar», recalcó.
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