EE.UU. dirigió y moldeó el proceso electoral dominicano

Se agotó a consecuencia de un repudio popular de calle que por momentos amenazaba con llevársela de paro junto a todas las instituciones corrompidas bajo su control.

La dictadura constitucional corrupta y dependiente de
EEUU, a cargo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se agotó en su
último cuatrienio; luego de 20 años de ejercicio gubernamental: 1996-2000 y
2004-2012, presidida por Leonel Fernández; y 2012-2020, por Danilo Medina.

Se agotó a
consecuencia de un repudio popular de calle que por momentos amenazaba con llevársela
de paro junto a todas las instituciones corrompidas bajo su control.

Se agotó sin
caerse, pero de todas maneras intentaba continuar a cualquier precio, vía
re-postulación del presidente de turno: su carta de mayor fuerza dentro de sus
profundas debilidades y evidente decadencia.

 A consecuencia de ese empecinamiento, asomaba
el riesgo de un enorme trauma político y una desestabilización del sistema de
dominación imperialista impuesto al país y profundizado en el marco de la
recolonización neoliberal.

En la lógica
imperial había que apagar las calles encendidas por el Movimiento Marcha
Verde  y el auge de las luchas por el fin
de la impunidad, potenciando en su defecto el cauce electoral bajo su tutela; y
pudo lograrlo, a través de una fuerte intervención y  múltiples influencias de la USAID, su
Embajada y la partidocracia opositora dependiente del Departamento de Estado.

El SUPER-CÍA,
Mike Pompeo, estuvo a cargo de las diferentes fases de esa operación dirigida a
un cambio de gobierno sin alterar la recolonización; más bien aireándola con
nuevos rostros y estilos, y cooptando a su manera las demandas anti-corrupción
y anti-impunidad, para luego profundizar y renovar hábilmente la dominación
imperialista en estos tiempos COVID 19.

Pompeo, que
asistirá a la ceremonia de cambio de mando, evidentemente seguirá a cargo de la
próxima fase del plan, hasta que sucumba la Administración Trump; lo que
tampoco modificará el nuevo proyecto anti-nacional a canalizar a través del
nuevo gobierno dominicano.

El
desplazamiento electoral de PLD ha sido consumado -previo fraccionamiento
orgánico que lo dislocó e imposibilitó competir para imponerse- y contó con la
ayuda del Secretario de Estado de EE.UU y su famosa llamada telefónica vetando
la reelección del Presidente Medina a tono con un gran sentimiento nacional;
seguida, claro está, de múltiples señales a favor del bloque opositor
encabezado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y su candidato-empresario
Luis Abinader, hoy presidente electo.

La bendición,
no solo de la actual Administración estadounidense, sino del gobierno profundo
de esa súper-potencia decadente, cambió de sujeto político por conveniencias
obvias, con todas las garantías de subordinación a sus designios de parte de la
opción de relevo.

El  programa de política exterior del PRM parece
hecho en la Casa Blanca: renuncia al principio de no intervención, apoyo al
TIAR contra procesos soberanos, reconoce a Guaidó como seudo-presidente de
Venezuela acompañado  de una agresividad
extrema frente al proceso bolivariano y sus aliados; discreta todavía su hostilidad
contra Cuba, por sus costos políticos.

En fin, el
PRM hace causa común con la política del stablishment estadounidense contra
nuestros pueblos y su alta dirección no tolera ni siquiera un saludo protocolar
al Foro de Sao Paulo.

El Canciller designado
fue Embajador en la OEA y es un abanderado de esa política re-colonizadora.

El asesor del
presidente electo en el capítulo de seguridad ciudadana es el ex -alcalde de NY,
Rudolf Giuliani.

El Gobernador
del Banco Central será el mismo personero de la política monetarista que ha
ejercido el cargo por más de tres décadas a tono con la estrategia neoliberal y
con los intereses del bloque social dominante.

El Ministro
de Hacienda está cortado por las mismas tijeras.

El Grupo
Vicini -el más poderoso del país y el más articulado al gobierno profundo y al
poder permanente de EE.UU- gravitará con fuerza sobre el nuevo gobierno y
cuenta ya con posiciones claves al interior del mismo; que, por demás ha sido
conformado como un gobierno fundamentalmente de empresarios y tecnócratas, la
mayoría capaces, pero funcionales al capitalismo dependiente y al maltrecho
neoliberalismo de estos tiempos; salvo aquellos, que sin poder de decisión, con
una visión socialmente más avanzada y mayor sensibilidad, son proclives a
recomendar políticas públicas con rostro humano, algunas de las cuales
inicialmente podrían ser acogidas, dado lo dramático del momento actual.

Forma parte
de la tradición del PRM, su actitud complaciente frente a la minería
destructiva, que ahora está siendo presentada como imprescindible para la
“recuperación” económica; mientras la inminente línea de endeudamiento externo
será tutelada por el FMI y el BM.

Pompeo
triunfó por el momento y viene a celebrar y a pautar perspectivas, lo que no
excluye una inteligente manipulación del tema corrupción e impunidad, junto a
una restructuración del Estado que lo despoje de todo lo que ya es imposible
sostener, así como de procedimientos, ineficiencias y cargas sumamente
desacreditadas y costosas.

La dominación
obligatoriamente tiene que renovarse y “rejuvenecerse”.

Como estaba,
era insostenible; y lo viejo descartable y podrido, incluido algunos de sus
personeros más repudiados, habrán de ser sacrificados e incluso judicializados

El sistema
decadente requiere cada cierto tiempo lavarse el  rostro y reducir la mugre estatal; no así
alterar un capitalismo dependiente y copartícipe de un proceso de
gansterización y descomposición del sistema capitalista-imperialista occidental,
que habrá de producir nuevas infecciones.