Washington, D.C.- En una conferencia de prensa que osciló entre lo técnico y lo polémico, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE.UU. presentó este lunes la aplicación CBP Home, un programa que invita a migrantes indocumentados a «autodeportarse» voluntariamente para evitar arrestos y deportaciones forzadas.
La iniciativa, promovida como una «opción segura y ordenada», ha desatado críticas por su tono coercitivo y la falta de claridad sobre sus consecuencias legales.
La app de la «autodeportación»: ¿incentivo o amenaza?
La secretaria adjunta Tricia McLaughlin insistió en que la aplicación que actualiza automáticamente la anterior CBP One ofrece a los migrantes «la oportunidad de regresar legalmente en el futuro» si abandonan EE.UU. ahora. Sin embargo, omitió detalles clave:
La función de «verificación de salida», que requiere geolocalización y reconocimiento facial a 3 millas de la frontera, no garantiza que los migrantes eviten castigos como los años de espera (3, 5 o 10) impuestos por la Ley de Inmigración para reingresar.
No hay cifras oficiales de cuántos han usado la app desde su lanzamiento en marzo, pese a que McLaughlin aseguró que «varios» lo han hecho.
El mensaje subyacente quedó claro: «Si no se autodeportan, los encontraremos, los deportaremos y no volverán», repitió, citando un video reciente del presidente Donald Trump.
La sombra de las «ciudades santuario» y las dudas legales
Cuando se le preguntó sobre campañas en ciudades como Nueva York o Los Ángeles que protegen a indocumentados, McLaughlin vinculó la app con un discurso de mano dura: «Hay presión por crímenes cometidos por personas sin documentos», afirmó, pese a que estudios (como los del Cato Institute) muestran que los migrantes tienen menores tasas de delincuencia que los nacidos en EE.UU.
América Latina, entre la incertidumbre y la resistencia
El vicesecretario Joe Salazar evitó comentar negociaciones con México o Centroamérica, pero admitió que EE.UU. espera que los países «acepten a sus ciudadanos deportados». La pregunta de Uriel Vásquez (Despacho 505) sobre nicaragüenses cuyo gobierno ha rechazado deportaciones quedó sin respuesta concreta.
El Salvador, en cambio, fue destacado: la secretaria Kristi Noem visitará este miércoles el CECOT, la polémica megacárcel de Nayib Bukele, para hablar de «deportaciones seguras». Salazar negó que haya un «trato preferencial» para salvadoreños, pero la gira sugiere coordinación con gobiernos aliados.
La pregunta que persiste: ¿humanitarismo o espectáculo político?
Mientras el gobierno promueve la app como un ahorro para los contribuyentes, organizaciones como RAICES y ACLU la tachan de «teatro cruel»: «Es absurdo pedir que migrantes que huyeron de violencia usen una app para rendirse», dijo Andrea Flores, exasesora de Biden.
Con 2,500 arrestos diarios de migrantes reportados por ICE en febrero el mayor número en décadas, la «autodeportación» parece más un ultimátum que una opción. Y aunque McLaughlin prometió más anuncios, la duda sigue: ¿cuántos elegirán irse «por las buenas» ante el miedo a las «malas»?