Un cordial saludo para mis queridos lectores y también para sus queridas familias.
Cuando yo era niño mi madre bordaba mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba que estaba haciendo. Ella me costaba, que estaba bordando.
Yo vía el trabajo de mi madre como todo joven curioso, y lo observaba desde una posición más baja que donde estaba ella sentada, desde donde yo estaba sentado lo que estaba haciendo me parecía muy confuso y feo.
Ella me sonreía, miraba hacia abajo, y me decía: Hijo, ve afuera a jugar y cuando haya terminado mi bordado, te llamare y sentare a mi lado y te dejare desde donde yo estoy sentada.
Yo me preguntaba por qué ella hilos de colores oscuros y por qué parecían tan desordenados desde yo estaba sentado. Unos minutos más tarde escuche la voz de mi madre que me decía: Hijo ven y siéntate a mi lado.
Yo lo hice de inmediato y me sorprendí al ver la hermosa flor y el hermoso atardecer en aquel bordado; desde donde yo estaba sentado se veía tan confuso.
Entonces mi madre me decía: Hijo mío, desde abajo se ve confuso y feo, pero te dabas cuenta de había un plan de arriba.
Había un diseño, solo lo estaba siguiendo ahora míralo desde donde yo estaba sentada y sabrás lo que estaba haciendo.
Muchas veces a lo largo de los años he mirado para arriba y he dicho: Dios que ¿Estás haciendo? Y El me responde: Estoy bordando tu vida.
Entonces yo le respondo: /porque se ve tan feo y confuso. Los hilos parecen oscuros. ¿Por qué no son brillantes?
Dios parecía que me dijera: Mi niña, ocúpate de tu trabajo y no hagas el mío. Un día te traeré al Cielo y te pondré a mi lado y veras mi plan desde mi posición. Entonces entenderas.
Los dejo con esta lectura tomada de la Cartas del Aposto San Pablo a los Gálatas Capitulo 6, Versículo 7 que dice: “No se engañen ustedes; nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra se cosecha”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.