SANTO DOMINGO. El exprocurador Jean Alain Rodríguez tomó hoy el estrado para denunciar que la acusación en su contra es parte de una venganza por parte de los actuales funcionarios del Ministerio Público en su contra.
Rodríguez, acusado de dirigir un entramado de corrupción administrativa cuando estuvo al frente del Ministerio Público en el período del 2016 al 2020 declaró que durante más de mil días ha sido víctima de una persecución que busca destruir su moral en el que incluyó la tortura sicológica.
«La estrategia es hacerte ver como un culpable definitivo sin siquiera haberte investigado. Te difaman masivamente hasta lograr confundir hasta al más noble ciudadano. Luego te arrestan, te exhiben vestido de criminal, te lanzan en una celda solitaria y te torturan psicológicamente. Te prohíben o limitan hablar con la prensa, amenazan a tu familia. Te lo quitan todo y luego te envían a juicio», dijo Rodríguez.
El abogado dijo que tiene «Tengo «3 años privado de libertad. Y hoy es la primera vez que se me permite presentar mi defensa material. Por más de 1,070 días he estado privado de libertad y durante ese tiempo he aprendido a vivir en precariedad y con escasez».
Rodríguez sostuvo que «por casi 600 días me colocaron en una celda solitaria. Allí aprendí a estar por largos meses, sin una sábana, sin una almohada, sin una silla y a estar por varios meses sin ver a mis hijos menores. Han destruido la moral de muchas personas inocentes, y digo muchas porque estoy seguro de que yo no soy el único».
Sin referirse a personas en particular, pero usando el dedo para señalar en esa dirección argumentó que «han destruido familias, incluyendo la mía. Han hecho sufrir a mucha gente, han hecho mucho daño, si el objetivo era causar daño, lo han logrado. Pero si el objetivo era también vencer para saciar los egos de una venganza, eso no es posible».
La salud de la familia
Rodríguez declaró que en «los últimos cinco años han sido muy duros, llenos de ataques y una feroz persecución que no se la deseo a nadie. Además de lo que se ve, lo obvio, sepa usted, magistrado, que durante este proceso he perdido a mi abuela, mi hermano murió de cáncer, mi padrastro murió de un infarto, mi padre biológico enfermó y fui llevado a una clínica mientras él me observaba en la televisión, donde me pasaban esposado con casco y chaleco antibalas. Luego de estar en la clínica, también murió».
Asimismo reveló que su esposa y madre han perdido la salud. «Mi madre y mi esposa han perdido la salud y la paz. Mi familia entera está sufriendo. Mis hijos están creciendo sin el acompañamiento integral de un padre. Durante este proceso he tenido que operarme en cinco ocasiones los ojos».
A continuación un extracto de los señalamientos de Jean Alain Rodríguez:
Confío en la justicia, confío en nuestros jueces. La verdad prevalecerá y la verdad me hará libre.
“Todos somos iguales ante la ley, pero no todos somos iguales ante quienes aplican la ley», dijo Jean Alain Rodríguez, señalando con el dedo hacia el Ministerio Público. En ningún punto de esa incoherente acusación hay algo que pueda ser remotamente considerado racional.
Todo el que se encuentra en esta sala de audiencia es menos inteligente de lo que era por tan solo haber escuchado lo poco que se entendió. Escuchar eso que se llama acusación, hoy todos somos más brutos.
Cada mentira dicha deja una deuda con la verdad, y tarde o temprano la deuda siempre es pagada. Este proceso ha sido llevado desde antes de iniciar en los tribunales como el proceso más violatorio a los derechos humanos y al debido proceso posiblemente jamás visto en nuestro país.
Los imputados son escogidos por ser opuestos al Gobierno, como expedientes sin pruebas, solo anclados en falsos testigos, amenazados, chantajeados u oportunistas. En este caso, hasta prestigiosos abogados han denunciado en público o por escrito haber sido amenazados y que a sus clientes les han exigido cambiar de abogados para así negociar la libertad con ellos.
La estrategia es hacerte ver como un culpable definitivo sin siquiera haberte investigado. Te difaman masivamente hasta lograr confundir hasta al más noble ciudadano. Luego te arrestan, te exhiben vestido de criminal, te lanzan en una celda solitaria y te torturan psicológicamente. Te prohíben o limitan hablar con la prensa, amenazan a tu familia. Te lo quitan todo y luego te envían a juicio.
Impedimentos de salida ilegales, filtraciones, medidas de coerción a la prensa. Prisión arbitraria, tortura, irrespeto, persecución y amenazas que han incluido hasta jueces de forma pública. Las pruebas a descargo son ocultadas y las pruebas a cargo son falseadas.
Decía Fidel Castro que cuando uno pierde de vista al enemigo, comienza a pelearse enemigo.
Ciertos políticos y fiscales perdieron de vista al verdadero enemigo: el hambre, la miseria, la injusticia, y decidieron atacar al compañero que precisamente luchaba por esos ideales.
Yo no era su enemigo.
Tengo 3 años privado de libertad. Y hoy es la primera vez que se me permite presentar mi defensa material. Por más de 1,070 días he estado privado de libertad y durante ese tiempo he aprendido a vivir en precariedad y con escasez. Por casi 600 días me colocaron en una celda solitaria. Allí aprendí a estar por largos meses, sin una sábana, sin una almohada, sin una silla y a estar por varios meses sin ver a mis hijos menores. Han destruido la moral de muchas personas inocentes, y digo muchas porque estoy seguro de que yo no soy el único.
Han destruido familias, incluyendo la mía. Han hecho sufrir a mucha gente, han hecho mucho daño, si el objetivo era causar daño, lo han logrado. Pero si el objetivo era también vencer para saciar los egos de una venganza, eso no es posible.
Y no es posible porque después de tanto daño, el ser humano, aunque sea noble, cada vez le importa menos el dolor o perder más el rechazo. La constante falta de respeto, o que te rompan el corazón aún más.
A esos seres humanos no se les vence con mentiras. Ni con ataques, ni con prisión. Esos seres humanos saben que la vida no inicia ni termina, ni con la pobreza, ni con la abundancia, ni con el dictamen del juez. Quienes han sufrido tanto sabemos que la vida es mucho más que eso.
Los últimos cinco años han sido muy duros, llenos de ataques y una feroz persecución que no se la deseo a nadie. Además de lo que se ve, lo obvio, sepa usted, magistrado, que durante este proceso he perdido a mi abuela, mi hermano murió de cáncer, mi padrastro murió de un infarto, mi padre biológico enfermó y fui llevado a una clínica mientras él me observaba en la televisión, donde me pasaban esposado con casco y chaleco antibalas. Luego de estar en la clínica, también murió.
Mi madre y mi esposa han perdido la salud y la paz. Mi familia entera está sufriendo. Mis hijos están creciendo sin el acompañamiento integral de un padre. Durante este proceso he tenido que operarme en cinco ocasiones los ojos.
Cargo con un grillete electrónico que lesiona mi salud ante la inflamación que ha generado esta persecución política, habiendo depositado ya tres certificados de especialistas indicando que es lesivo a mi salud. Y si no lo sabe, sepa usted que cargo con 3 enormes piedras en los riñones que debí sacar y que no he podido sacar para no retrasar ni un día este proceso.
Sí, honorable juez, y si usted no lo sabe, cada vez que usted me ha visto en esta sala en las más de 100 audiencias que hemos tenido, de más de doce inhumanas horas corridas, he cargado con esas tres piedras, con ese dolor, y aun así no he fallado a una audiencia por ese motivo.
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