Redacción.- El huracán Helene, que tocó tierra la semana pasada en la región de Big Bend, Florida, como una tormenta de categoría 4, ha dejado una estela de destrucción que abarca varios estados del sureste de Estados Unidos. Con al menos 90 muertos y miles de comunidades devastadas, la tormenta ha causado un caos sin precedentes en áreas que rara vez han experimentado desastres de esta magnitud.
Carolina del Norte: Un Estado Paralizado
Uno de los estados más afectados ha sido Carolina del Norte, donde las lluvias torrenciales y los deslizamientos de tierra han dejado a grandes partes del estado en estado de parálisis. En el condado de Buncombe, hogar de la ciudad de Asheville, el sheriff informó que al menos 30 personas han perdido la vida a causa de la tormenta. Las carreteras quedaron intransitables, con más de 400 cierres debido a árboles caídos, escombros y la destrucción de infraestructuras clave.
La falta de electricidad y servicio de telefonía móvil ha sumido a los residentes en una especie de «mini-apocalipsis», como lo describió Gretchen Hogan, residente de Brevard, Carolina del Norte. Las personas han recurrido a congregarse en lugares públicos como bibliotecas en busca de conexión Wi-Fi para contactar a familiares y amigos, mientras las estaciones de servicio agotaron su suministro de combustible.
Los equipos de búsqueda y rescate, apoyados por personal de 19 estados y el gobierno federal, han estado trabajando contrarreloj para encontrar a las personas atrapadas y restaurar los sistemas de agua potable dañados. Sin embargo, los funcionarios advirtieron que la restauración completa de los servicios esenciales en ciudades como Asheville podría tardar semanas.
Florida: Comunidades Borradas del Mapa
Helene también dejó una marca imborrable en la costa del Golfo de Florida, donde los residentes enfrentaron la marejada ciclónica más alta jamás registrada en la región. Ciudades como Cedar Key, descrita como «completamente borrada», y Keaton Beach, donde el 90% de las casas fueron arrasadas, quedaron reducidas a escombros. Los vientos de 140 millas por hora y las marejadas de hasta 15 pies (4.5 metros) causaron estragos en las comunidades costeras.
En Pinellas County, al oeste de Florida, al menos 11 personas fallecieron, la mayoría debido a inundaciones y el colapso de infraestructuras. Estas áreas ya habían sido golpeadas por el huracán Idalia hace poco más de un año, lo que ha generado dudas entre los residentes sobre la viabilidad de seguir viviendo en zonas cada vez más vulnerables a los huracanes.
Daños en Otros Estados del Sureste
El impacto de Helene no se limitó a Florida y Carolina del Norte. La tormenta también dejó su huella en Georgia, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia, provocando inundaciones generalizadas, apagones y la destrucción de infraestructuras. En Tennessee, el colapso de una presa en Nolichucky estuvo a punto de ocurrir antes de que las aguas comenzaran a retroceder, y los helicópteros fueron llamados para rescatar a decenas de personas atrapadas en un hospital.
En Atlanta, aunque la ciudad fue mayormente esquivada por la tormenta, varios barrios sufrieron inundaciones, dejando a unos 100,000 hogares sin electricidad el viernes. En Georgia, al menos 15 personas fallecieron, según el gobernador Brian Kemp.
Respuesta Federal y Despliegue de Rescate
La magnitud de la destrucción llevó al presidente Joe Biden a aprobar solicitudes de emergencia para recibir ayuda federal en Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Alabama. Hasta el momento, más de 1,270 rescatistas han sido desplegados por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) para ayudar en las operaciones de búsqueda y rescate.
Biden declaró zonas de desastre mayor en Florida y Carolina del Norte, y anunció que visitará las áreas más afectadas una vez que los esfuerzos de emergencia se estabilicen. «Es trágico», dijo el presidente, prometiendo que el gobierno federal proporcionará toda la ayuda necesaria para la recuperación.
El Peor de los Escenarios
Con más de 90 muertos confirmados en seis estados, los funcionarios advierten que el número de víctimas podría aumentar a medida que se accede a las áreas más afectadas. Carolina del Norte reportó el mayor número de muertes, con al menos 37 personas fallecidas. En Carolina del Sur, se confirmaron 25 víctimas, incluidas dos bomberos voluntarios que murieron cuando un árbol cayó sobre su camión de bomberos mientras respondían a una emergencia.
Los residentes del sureste de Estados Unidos enfrentan una recuperación que será larga y dolorosa, mientras los equipos de rescate continúan con los esfuerzos para restaurar los servicios básicos y encontrar a posibles sobrevivientes en medio de una devastación sin precedentes.
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