WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) insistió hoy en la necesidad de que los bancos retomen la actividad crediticia, aún en estado «anémico», para que la «transmisión» de la política monetaria a la economía real sea efectiva, especialmente en la zona euro.
En la presentación de la nueva edición de su informe sobre «Estabilidad Financiera Global», en el marco de la reunión anual del organismo y el Banco Mundial (BM), el director del departamento de Asuntos Monetarios, José Viñals, destacó que los bancos «son ahora más seguros».
No obstante, el saneamiento de sus balances y el aumento de su liquidez no ha provocado el efecto esperado de un renovado flujo de crédito por parte de los bancos en las economías avanzadas, especialmente en el euro, para impulsar la titubeante recuperación.
«Muchos de ellos no cuentan con el músculo financiero para suministrar el crédito suficiente para respaldar de manera vigorosa la recuperación», agregó Viñals.
Los bancos tienen capacidad ahora para llevar «una vida normal», explicó, pero necesitamos que sean «atletas» que aporten un impulso adicional a la economía.
De acuerdo con los cálculos del FMI, el volumen global de activos financieros en poder de entidades sin esa capacidad es de un 40 %, dato que se eleva al 70 % en el caso de la zona euro.
«Seis años después del inicio de la crisis financiera global, la recuperación económica sigue basada sustancialmente en las políticas monetarias de estímulo en las economías avanzadas», apuntó Viñals, en una rueda de prensa en la sede del organismo internacional.
Pero, lamentablemente, el déficit de confianza persiste y «se ve reflejado en la renuencia de las empresas de las economías avanzadas a ampliar sus inversiones de capital, pese a un crecimiento aceptable de las ganancias y un acceso al financiamiento a tasas de interés muy bajas».
Ante este prolongado escenario de dinero barato, tanto en EE.UU. como en Japón y la zona euro, los riesgos financieros se han acrecentado, ya que los mercados se han vuelto «complacientes» y han optado por un alza de las actividades puramente especulativas en lugar de incrementar sobre la inversión.
«Aunque los beneficios económicos se están volviendo más evidentes en algunas economías, los riesgos de mercado y liquidez han incrementado a niveles que podrían comprometer la estabilidad financiera sin no son enfrentados», dijo Viñals ante los periodistas.
A este complejo panorama, se suma el hecho de que los mercados emergentes son más vulnerables a los impactos de las economías avanzadas, puesto que «absorben una proporción mucho mayor de las inversiones de cartera que las economías avanzadas realizan en el exterior».
«Una consecuencia de estos vínculos más estrechos es el aumento de la sincronización en las fluctuaciones y las volatilidades de los precios de los activos», advirtió el funcionario internacional.
Reiteró, por ello, la importancia global de un proceso de normalización «suave y gradual» de la política monetaria estadounidense por parte de la Reserva Federal, cuyos tipos de interés, actualmente entre el 0 % y el 0,25 %, se espera se eleven por primera vez desde 2008 a mediados de 2015.
Otro elemento preocupante es la concentración de los activos financieros en la llamada «banca paralela», que engloba gestoras de fondos y que no están sujetos a la regulación bancaria de las entidades financieras clásicas.
Solo las diez principales gestoras de fondos globales acumulan activos por 19 billones de dólares, señaló el FMI, lo que constituye otro factor de riesgo si, de pronto, los inversores empiezan a reclamar el dinero que han invertido en ellas.
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