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El dinero no es la vida

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Hace unos días cuando iba de camino a mi oficina escuchaba en la radio de mi automóvil una canción que en uno de sus estribillos decía: “El Dinero no es la vida, por lo menos no es la mía”.

Esa canción me dio pie para escribir un poco sobre este tópico el cual siempre me ha inquietado y que hoy quiero compartir con todos Ustedes, porque estoy completamente convencido que el dinero ayuda, no podemos tapar el sol con un dedo, pero realmente no es todo en la vida.

Siempre que hablo de las riquezas o posesiones materiales y que quede claro las cuales nos gusta a  la mayoría de nosotros los seres humanos amontonar, viene a mi mente la parábola de Lucas 12, Versículo del 15 al 21 que contó Jesús a una muchedumbre que se agolpaba para escuchar sus palabras, y él les dijo: “Cuídense Ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Había una vez un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ¿Que haré? No tengo donde guardar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé lo que voy  a hacer. Derribaré mis graneros y levantare otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, alégrate. Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche vas a morir, y lo que tienes guardado ¿para quién será? Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios”.

Ciertamente no podemos basar nuestra vida en el dinero, desafortunadamente vivimos en un mundo donde vales según lo que tienes. Los valores morales casi ya ni cuentan, tanto tienes, tanto vales, no importa como hayas adquirido lo que tienes, si tienes buen carro, eso es lo que cuenta, si tienes ropa de marca y vives en una lujosa residencia en un barrio exclusivo de nuestra ciudad, eso es lo que cuenta. Mis amigos, es que ciertamente muchas veces nosotros nos creemos que el dinero puede comprarlo todo en la vida, que puede el mismo llegarnos a hacer completamente felices, y eso no es cierto. El dinero puede y eso si es muy cierto ayudarnos para comprar muchas cosas, pero hay otras que ni con todo el dinero del mundo aunque quisiéramos las podemos adquirir.

Hay una cosa que tenemos que tener bien clara en nuestras mentes para cuando tratemos de poner la búsqueda de los bienes y las riquezas materiales delante de las cosas espirituales, y es que el día que el Señor nos llame a su presencia, regresaremos igual que como vinimos a este mundo, sin nada, del polvo venimos y al polvo regresaremos. De nada nos vale dice el Evangelio, amontonar tesoros en le tierra, donde la polilla lo destruye y los ladrones se lo pueden robar, más bien acumulemos tesoros en el cielo donde ninguna de estas cosas pueden suceder.

Termino con un pedazo de la Primera Carta de San Pablo a Timoteo, Capitulo 6, Versículo 17, y dice así: “Exige de los ricos que no se pongan orgullosos ni confíen en riquezas, que siempre son inseguras. Que más bien confíen en Dios, que nos proporciona todo generosamente para que gocemos de ello”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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