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El estado de Leonel y la SS de Euclides

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El Estado soy yo, dice Leonel Fernández.  Igual Hipólito.

La Superintendencia de Seguro es mía, dice Euclides Gutiérrez Félix. Como también podría decirlo el “cuadro” que Hipólito designe en esa  dependencia estatal.

Esa es también la “cultura” de Danilo Medina y tantos otros miembros de la llamada “clase política” del país.

Es la cultura del Estado como patrimonio de los funcionarios aliados al bloque social dominante, que operan para enriquecerse, acumular riquezas y reciclarse en el poder a través del clientelismo; siempre sirviéndole o asociados al poder detrás de las instituciones: a la oligarquía capitalista, el generalato, las corporaciones transnacionales y las grandes mafias.

Pero vamos a lo concreto y actual.

En este periodo el Estado dominicano está siendo manejado como patrimonio del Presidente de la República y de altos funcionarios en materia de administración de sus fondos, propiedades, compras, ventas y contratos. En ese manejo se producen, vía tráfico de influencia, onerosas conexiones con empresas privadas.

Un ejemplo de ese mal -no el único -es el desempeño de la Superintendencia de Seguros-SS (caso Euclides Gutiérrez Félix). Nuevas y viejas revelaciones, que evidencian sustracciones y uso indebido de unos 326 millones de pesos, confirman esa situación e indican que la oficina Duquela & Duquela es una de las vías principales de esos manejos. Vamos al grano y los detalles del problema.

Euclides & Duquela SS- CxA

Narciso Isa Conde

EN la SS una de las vías de sustracción de  250 millones de pesos como patrimonio personal y grupal es la Oficina Duquela & Duquela, contratada por el Superintendente de Seguros para la recuperación de activos de las aseguradoras intervenidas del Grupo Segna e Intercontinental de Seguros (pertenecientes al paquete BANINTER), a pesar de que esa dependencia estatal cuenta con un departamento jurídico integrado por mas de veinte abogados, una parte de ellos muy experimentados en la materia. Pero se trata de que esa oficina privada “comparte” sus fáciles “ganancias” con el señor Euclides Gutiérrez.

Entre esos 250 millones unos 41  millones fueron obtenidos a través de una dolosa negociación de pago parcial de los fondos de pensiones de los 466 ex empleados de la Intercontinental, en la que tuvo un rol sobresaliente la doctora Luz María Duquela, socia de Euclides en sus  turbios y soterrados manejos. Y no hay manera de que la Superintendencia de a conocer esos pagos, los cuales representan mas del 20% de los 1400 millones recuperados por diversas vías de las empresas intervenidas. (Vale anotar que la señora Duquela es hija del fenecido Contralmirante trujillista Julio Duquela, protector de Euclides en aquellos tiempos de la tiranía).

Otros manejos turbios

Pero se han detectado otros manejos que  agregan sustracciones que sumadas representan otros 76 millones de pesos adicionales. Veamos:

-La compra de un solar por un valor de 111 millones de pesos, tasado un año antes en 53 millones. ¿Quién se quedó con los 58 millones restantes?

–         La venta del edificio de Latinoamérica de Seguros en Santiago (empresa intervenida) en 30 millones de pesos, de los cuales 20 millones fueron depositados en el Banco Central como manda la ley y de los otros 10 millones no se sabe nada ¿Quién la usó y para que fines?

–         El retiro ilegal de 53 millones de pesos del Banco de Reservas pertenecientes a la intervenida aseguradora SEGNA. De ellos 44 millones se emplearon para “completar” el pago del referido solar y los otros 8 están en el “limbo”. ¿Dónde fueron a parar?

Violación de la ley 146-02

  

  En la base de una parte de estas anomalías  está la “tesis” que entiende como “derecho” de la jefatura de esa Superintendencia el manejo antojadizo de los fondos y bienes de las empresas aseguradoras intervenidas, pese a que la ley 146-02 solo le permite actuar como “garante” y “agente liquidador” de los mismos; todos ellos  predestinados por esa ley al pago de las deudas contraídas y, en caso de excedentes,  asignados a un “fondo de contingencia” o al Banco Central que asumió las pérdidas de las quiebras en perjuicio de la sociedad.

Admitir como válida esa violación, en el caso SEGNA le permitiría al Superintendente de Seguros continuar decidiendo sobre los 756 millones depositados en el BHD; que es lo que queda de los 1400 millones de pesos recuperados luego de pagarle unos 600 millones a los acreedores.

Una deuda  pendiente de 900 millones de pesos obliga a seguir pagando, en vez  de frenar tramposamente ese proceso para favorecer su uso ilegal; como pasó con la compra del solar y como sería la pretendida inversión de 600 millones en un nuevo edificio, lo que facilitaría nuevas sobre-valuaciones y la corrupción mayor.

Entre los fondos recuperados de las aseguradoras intervenidas y los fondos propios de la SS por concepto del porcentaje que le corresponde por las ventas de seguros, suman 2000 millones de pesos en poder de la SS; amenazados por la corruptela, el clientelismo, el dispendio y el soborno propio de quien maneja dictatorialmente esa entidad pública como patrimonio particular protegido por el Presidente Fernández y por el manto de impunidad de su sistema de gobierno.

A lo Trujillo en chiquito

 

A esto se le agrega la inversión altamente sobrevaluada de un parqueo en construcción para 80 vehículos, que lleva invertido unos 40 millones de pesos y no va ni por la mitad; una “nominilla” secreta con una erogación mensual de más de 4 millones de pesos, la ausencia de toda norma administrativa, la asignación  antojadiza de vehículos, sueldos y asignaciones de lujos (en contraste con una empleomanía capaz mal pagada); nepotismo a favor de familiares de su esposa; amiguismo, comilonas, francachelas y gastos de representación escandalosos; pago de personal y operaciones al servicio de sus propiedades con dinero de esa entidad; construcción del cuartel policial de Manoguayabo, de una policlínica y una escuela en Jarabacoa, todas sin licitación, sobrevaluadas y construidas cerca de sus propiedades y por compañías vinculadas afectivamente y efectivamente a él.

Todo un Trujillito en la SS de su propiedad, fanfarria militar incluida a su entrada y salida de la dependencia estatal.

El Estado y su patrimonio repartido. Euclides caudillito y dueño de su pedacito, Leonel de todo el Estado, y Diandino Peña, Díaz Rúa, Félix Bautista de sus respectivos pedazos… Y hay no pocos pedazos, pedacitos y pedazotes con otros dueños y mandones. Todos tienen de común que tributan al mandamás, incluso los más allegados hacen de alcancías de él, quien además cuenta con la caja fuerte de la Fundación Global, centro de acopio de muchos peajes de oligarcas, corporaciones extranjeras y contratistas del Estado.

Es la hora de pedirles cuentas a todos, de insistir que todo el dinero y propiedades sustraídas deben volver a la sociedad y de inmediato al Banco Central y Bienes Nacionales.

Visto en particular el caso Euclides es para exigirle que entregue esos fondos y que entienda de una vez por toda que los activos de las aseguradoras intervenidas deben ser para pagar sus deudas y depositar el sobrante, si lo hay, en el Banco Central o en un fondo de contingencia.

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