Santiago de Chile.- El Gobierno de Chile presentó en la noche de este lunes el programa «Elige vivir sin drogas», un plan nacional de prevención de consumo de drogas en niños, niñas y adolescentes que durante el presente año tendrá un costo de 512 millones de pesos (unos 762 mil dólares).
La iniciativa arrancó tras conocerse los resultados de la Encuesta Nacional en Población Escolar 2017 de Senda donde se reveló que uno de cada tres jóvenes de entre octavo básico y cuarto medio declaran haber consumido marihuana.
Además, el estudio destacó que en los escolares chilenos existe el mayor consumo de marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes sin receta médica den la región.
En una cadena nacional de radio y televisión, el presidente Sebastián Piñera aseguró que «nuestros niños y adolescentes ocupan hoy un triste y destructivo primer lugar entre todos los países de América, en el consumo de marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes».
El mandatario añadió que toda esa droga es adquirida sin receta médica y cuyo consumo supera incluso, el consumo de los adultos «lo cual, sin duda, constituye una verdadera y peligrosa epidemia», aseveró.
El programa está inspirado en el modelo islandés Planet Youth, que ya se implementa en al menos 22 países de Europa y África, y que busca convocar un gran acuerdo social que comprometa a autoridades, familias, colegios, al sector privado y a la sociedad civil en general, en este tema.
Además, busca intervenir contextos de vida de los jóvenes, generando oportunidades para que se desarrollen artística o musicalmente, además de creando espacios para hacer deportes.
«Como lo han ratificado una y otra vez todas las sociedades médicas y científicas, la droga mata. La droga destruye vidas, familias y sueños», añadió el mandatario chileno.
Señaló que uno de los principales pilares de este plan se encuentra en las familias, a quienes, dijo, hay que entregarles herramientas e instrumentos eficaces para cuidar y proteger a los niños.
«La droga causa dolor y sufrimiento, y no sólo al que la consume, y muy especialmente si se transforma en adicto, sino que también a toda su familia y a todos sus seres queridos. La droga nos arrebata nuestra libertad, nuestra voluntad y nuestra felicidad», concluyó.
