Roma. – El papa Francisco celebró este lunes en la basílica de San Pedro la misa por los 123 obispos y cardenales fallecidos este año y aseguró que «amaron a la Iglesia, cada uno a su manera».
Con este rito se cierran las celebraciones religiosas con motivo del Día de los Santos y los difuntos.
En su homilía, el papa explicó que «hay una forma y una manera de recodar a las personas y las cosas. Se pueden recordar agravios, recordar asuntos inacabados, recordar amigos y adversarios» y que «el Señor custodia toda la historia: es su juez compasivo y rico en misericordia».
«Recemos por los cardenales y obispos fallecidos en los últimos doce meses. Han sido pastores y modelos del rebaño del Señor, que ahora se sienten a su mesa, después de haber partido en la tierra el Pan de vida. Amaron a la Iglesia, cada uno a su manera; recemos para que gocen eternamente de la compañía de los santos. Esperamos, con firme esperanza, alegrarnos con ellos en el Paraíso», añadió.
Francisco se trasladó este sábado por el Día de los Difuntos al cementerio Laurentino de Roma y, en lugar de pronunciar una homilía, prefirió un momento de oración y recogimiento silencioso, para recordar a los niños no nacidos.
Antes de comenzar la eucaristía, Francisco rezó en privado en el denominado «Jardín de los Ángeles», una zona del cementerio donde están enterrados niños y también nonatos.
El papa ha celebrado la eucaristía por los fieles difuntos en otros cementerios en los últimos años, como en 2017, cuando visitó el cementerio americano de Nettuno, un lugar simbólico de la II Guerra Mundial, o 2022, cuando lo hizo en el Pontificio Colegio Teutónico de Santa María en Camposanto, en el Vaticano.
El año pasado, el papa Francisco se trasladó al cementerio dedicado a los militares de la Commonwealth caídos durante la II Guerra Mundial en Roma para celebrar la misa de Difuntos y en su homilía volvió a recordar a «tantos muertos» en los conflictos y afirmó que «las guerras son siempre una derrota».
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