ROMA.- El papa Francisco llamó hoy a «evitar la tentación de buscar éxitos personales y formar facciones» dentro de la Iglesia, en una misa celebrada en Roma por el IV centenario de la canonización de santos como Ignacio de Loyola y Teresa de Jesús, que finalmente no ofició, sino que solo asistió a ella.
«No somos solistas que buscan ser escuchados, sino hermanos que forman un coro. Sintamos con la Iglesia, rechacemos la tentación de buscar éxitos personales y formar facciones. No nos dejemos arrastrar por el clericalismo que nos vuelve rígidos ni por las ideologías que dividen», emplazó el pontífice.
Y agregó: «Los santos que hoy recordamos han sido columnas de comunión, nos recuerdan que en el cielo, a pesar de nuestras diferencias de carácter y de perspectiva, estamos llamados a estar juntos, y si vamos a estar unidos para siempre allá arriba, ¿por qué no empezar desde ahora aquí abajo?».
Francisco, que ha tenido que suspender algunos actos como la misa del Miércoles de Ceniza por problemas en la rodilla, asistió a la conmemoración del IV centenario de la subida a los altares del fundador de la Compañía de Jesús, su orden, San Ignacio de Loyola.
Pero también del misionero jesuita Francisco Javier, de San Isidro Labrador y Santa Teresa de Jesús, todos españoles, y del italiano San Felipe Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, proclamados santos el 12 de marzo de 1622 por el papa Gregorio XV.
La misa tuvo lugar en el Iglesia de Jesús de Roma, templo madre de la Compañía de Jesús, a la que pertenece el papa argentino, si bien no ofició la liturgia sino que asistió a ella sentado en el altar sin paramentos litúrgicos y se limitó a leer su homilía.
El encargado de oficiar el rito fue el general de la Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa.
Francisco recordó que para alcanzar a Jesús «hay que dejar las planicies de la mediocridad y las bajadas de la comodidad».
«La tentación mundana es buscar la gloria sin pasar por la cruz. A nosotros nos gustarían caminos conocidos, rectos y llanos, pero para encontrar la luz de Jesús es necesario que salgamos continuamente de nosotros mismos y vayamos detrás de Él», instó.
Porque, explicó, existe siempre el riesgo de «considerarse buenos discípulos» que en realidad no siguen a Cristo sino que «permanecen inmóviles y pasivos».
El papa también defendió la oración y animó a rezar por «la guerra en curso», en referencia a la invasión de Ucrania.