El país está a la expectativa. Ha comenzado la nueva temporada de la serie: El PLD en el ring. Será de audiencia masiva. Ya lo verán.
La promesa de hablar de Danilo Medina caducó en marzo, y nadita de nada. ¡El suspenso! No suelta prenda. Ya no le piden que hable, su silencio se ha impuesto. ¿Tiene o no los votos para reformar la Constitución? Es la pregunta del millón. Se especula que sí y que no.
A Leonel Fernández se le acaban los cartuchos, aún con la Constitución a su favor. Hasta militares retirados aparecieron el domingo en el Altar de la Patria a defender la Constitución. Casi nadie hizo caso. ¡Cuánto ha cambiado este país en 60 años! En otros tiempos una manifestación así hubiese causado pavor.
Poco antes el comité político del PLD rechazó la propuesta del leonelismo de reservar todas las candidaturas de senadores, diputados y principales alcaldías, a cambio de la presidencial para Fernández. ¿Es ese el preludio de lo que viene?
En Semana Santa las iglesias tronaron, hasta de dictadura hablaron, y a los pocos días los prelados recogieron las palabras. No estamos en 1960, habrán pensado. Mejor seguir recibiendo grandes subsidios estatales. Una paloma en manos vale más que cien volando.
Luego vino la Orden del Ministerio de Educación por la equidad de género y la resolución de la Cámara de Diputados imponiendo la enseñanza de la Biblia en las escuelas. Una de cal y otra de arena. Con eso se alborotó el vecindario.
Curas y pastores circularon videítos y pancartas contra la supuesta “ideología de género”. Se escuchó acento argentino, español, peruano (enlatados importados de las nuevas cruzadas religiosas), y un domingo entero lo dedicaron a predicar contra la Orden del MINERD por ser, supuestamente, contra natura.
Pero ojo: como a estas alturas del siglo 21 da trabajo utilizar la Biblia para mandar las mujeres a ser sumisas en sus casas, la batalla religiosa es ahora contra los transgéneros, concepto y realidad inexistentes en la época que se escribieron los Testamentos. Incluso la doctrina del absolutismo heterosexual quedó debilitada recientemente cuando, el propio papa Francisco, dijo de los homosexuales: “¿quién soy yo para juzgarlos?”
El reperpero fluía en tierra dominicana, guante a guante, hasta que el señor Ministro de Educación metió la pata utilizando un ejemplo fallido de diversidad religiosa: mencionó el Vudú y los haitianos. ¡Cundió el pánico! Se comenzó a recoger la palabra porque a los haitianos no los quieren por estos lares.
Mientras tanto, muchos minoritarios colocados ahora en la oposición hacen todo tipo de proclamas. Suenan como profetas de la democracia, aunque son tan huecos, que casi nadie les hace caso. Entre ellos hay ex golpistas, matones y ladrones que defienden estos días la Constitución como si fueran maestros meritorios de educación cívica.
Volviendo al PLD, el país está presto para ver la nueva temporada en pantalla grande.
Aquí la trama: ¿Modificarán la Constitución? ¿Están los votos? ¿Se modificó para Medina repostularse en el 2020 o posteriormente? ¿Se queda Leonel Fernández en el PLD o se marcha a ser candidato de una coalición de partidos pequeños que esperan un salvador para no ser puntos ceros? La posible división: ¿beneficiaría al PRM? ¡Uy, las primarias!
No se pierda esta nueva temporada de El PLD en el ring. Los próximos meses serán de gran importancia para el presente y el futuro de la República Dominicana. Se tirarán muchos tiros, verbales, sobre todo. ¡Ay, la política!
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