Muchas veces sin importar las consecuencias.
Santo Domingo.– “El poder es para usarlo” y el Partido Revolucionario Moderno inherente a esa realidad ha decido aplicarlo con la no ratificación de tres jueces de la Suprema Corte de Justicia nombrados por un Consejo Nacional de la Magistratura donde dominaba el PLD; ahora le ha tocado el turno al PRM quien tiene en sus manos la renovación de tan importante Alta Corte y quien sin dudas impondrá su mayoría.
Muchas veces sin importar las consecuencias, pues al final lo que busca aquel que sustenta el “poder” es una garantía de impunidad; sucede en todos los países, si tomamos como ejemplo a Estados Unidos, donde en la actualidad el máximo organismo de justicia tiene seis jueces conservadores (de un total de nueve), afines a Trump y al Partido Republicano, por lo tanto cualquier iniciativa progresista que conozca, difícilmente sobreviva.
El problema es que los frutos de imponer, de “sacar pecho” cuando se domina y se pueden hacer cambios resultan ser negativas para la democracia; el actual presidente de la SCJ debe tener su “barba en remojo” porque difícilmente repita, esto más allá de los méritos que haya podido tener, debido a que lamentablemente al fin y al cabo los políticos “son los que saben” y deciden.