Es imperdonable la actitud de los países ricos al haber acaparado las vacunas durante los meses finales del 2020 y principios del 2021 para provecho de sus propios ciudadanos y perjudicando así a los de los países pobres.
Tal vez por un cargo de conciencia los ministros de Hacienda de los países ricos (G-7) decidieron que el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitiera Derechos Especiales de Giro (DEGS) para aliviar el costo de los países pobres ante la pandemia, pues estaban enfrentándolo a través de endeudamiento caro. Se habló, además, de que los países ricos transferirían a los pobres su cuota de DEGS creados por el FMI. Sin embargo, la realidad fue que eso no ocurrió y los países pobres apenas recibieron la proporción de su pequeña cuota en ese organismo internacional.
Precisamente en la agenda de la Reunión de Presidentes Iberoamericanos, la Cumbre Iberoamericana, que tendrá lugar el año que viene en la cual participa el rey de España y los presidentes latinoamericanos, siendo la República Dominicana Secretaría Pro Tempore y sede de la misma, uno de los temas iba a ser el lograr que los países ricos traspasaran sus cuotas de DEGS a los pobres. Eso luce que no ocurrirá.
Otra noticia importante es que perteneciendo nuestro país al Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que abarca a ocho países, incluyendo a Belice y Panamá, recientemente Costa Rica, la República Dominicana y Panamá, reunidos sus cancilleres en San José, decidieron crear una sub región, algo así como el “triángulo sur”, para contrarrestarlo con el “triángulo norte”, Guatemala, Honduras y El Salvador. Eso así porque para los Estados Unidos su agenda bilateral con el “triángulo norte” trata esencialmente de cómo reducir la migración centroamericana a Estados Unidos y restaurar los derechos humanos en Nicaragua, mientras que para los que estamos en el “triángulo sur” nuestra agenda bilateral trata más bien sobre cómo lograr estimular nuestras zonas francas a través del “off shoring”, es decir el traslado de fábricas norteamericanas desde China a países cercanos físicamente a Estados Unidos. Pero la migración intrarregional también es un problema. Un 20% de los habitantes de Costa Rica son migrantes nicaragüenses, en contraste con un 5% de los haitianos en la República Dominicana. Por cierto, los haitianos han logrado pasar por el muy difícil “tapón” del Darién, que separa a Panamá de Colombia y están migrando hacia Estados Unidos a través de los países centroamericanos.
Recuérdese que la vicepresidenta de Estados Unidos limitó su viaje a Centroamérica al “triángulo norte” prometiendo ayuda para reducir la pobreza, y consecuentemente, la migración. La situación política en el “triángulo norte” ha empeorado con el exilio de Sergio Ramírez, el principal intelectual nicaragüense, así como la adopción del “bitcoin” por parte de El Salvador, cuya moneda nacional es precisamente el dólar, uno de los tres únicos casos en América Latina. Los otros son Ecuador y Panamá. Bukele es cada día más autoritario.
Se rumora que El Salvador dejará de reconocer a Taiwán y junto con Nicaragua y Honduras arrendarán a Pekín el estratégico Golfo de Fonseca, perteneciente a los tres y ubicado en el Pacífico.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email