Madrid.- El volcán de la isla española de La Palma (Atlántico) cumple este domingo 85 días expulsando lava, con lo que se convierte en la erupción más larga registrada en esa isla y una de las más duraderas de España.
La Palma, como el resto de islas del archipiélago de Canarias, tiene origen volcánico, y en la memoria de sus habitantes está la existencia de otras erupciones, pero ésta, por su duración y magnitud, se ha convertido en un hecho relevante.
Desde que el pasado 19 de septiembre comenzó la erupción en La Palma, conocida como «la isla bonita» por sus paisajes verdes, el volcán ha cubierto de lava 1.184 hectáreas, llevándose por delante zonas de cultivo y más de 3.000 edificaciones, entre viviendas y otras construcciones.
Además, ha provocado la evacuación de más de 7.000 personas, ya que otra de sus características es que ha tenido lugar en una zona habitada.
EL VOLCÁN SE AGOTA
Después de 85 días de actividad, el volcán da signos de agotamiento, con una menor actividad, tanto respecto a los temblores como a la emisión de gases y lava, aunque los científicos insisten en que hay que tener prudencia a la hora de hablar del fin de la erupción.
En las últimas 24 horas se detectaron 24 terremotos en la isla de La Palma, aunque ninguno fue sentido por la población.
También disminuyó el caudal de lava que expulsa y en la actualidad, lo que preocupa son los gases que están dificultando el acceso para limpiar de ceniza las viviendas de la zona evacuada que no fueron afectadas por la lava.
CAMBIA LA FISONOMÍA DE LA PALMA
La actividad volcánica ha cambiado la fisonomía de la isla. En primer lugar, el cono principal del volcán, que surgió en una pequeña colina, alcanza ya una altura de 1.124 metros sobre el nivel del mar, según informó este domingo el Instituto Geográfico Nacional (IGN), y se ha convertido en un icono de la isla.
Por otra parte, las sucesivas coladas de lava que han llegado al mar han hecho crecer la superficie de La Palma, generando 44 hectáreas de suelo, terreno similar al Estado Vaticano.
Esta erupción ha permitido a los científicos hacer un seguimiento al minuto de todas sus incidencias y poder recabar datos para su estudio.
Y también se ha convertido en una atracción turística, con la llegada de cientos de personas que quieren ver de cerca, grabar y fotografiar un fenómeno tan espectacular.
Sin embargo, frente a la belleza de las imágenes que el volcán proporciona, está el daño que ha causado entre los vecinos de la zona.
En estos casi tres meses de actividad, el volcán, aún sin nombre, ha causado daños de más de 900 millones de euros (más de mil millones de dólares).
La buena noticia es que nadie perdió la vida durante la erupción, aunque se investiga la muerte de un hombre mientras visitaba sus propiedades en una zona evacuada, para saber si falleció debido el volcán o por causas naturales.
85 DÍAS DE ERUPCIÓN
Los 85 días de erupción del volcán lo convierten en una de las más duraderas registradas en España, aunque muy lejos aún del Timanfaya, en la isla canaria de Lanzarote, que en el siglo XVIII estuvo activo durante seis años, periodo en el que levantó montañas y sepultó once municipios.
Hasta ahora, la erupción más prolongada en La Palma fue la del volcán Tehuya, que entró en erupción el 19 de mayo de 1585 después de una intensa actividad sísmica que se prolongó durante 84 días y finalizó el 10 de agosto de ese año.
La última erupción en La Palma hasta la de ahora fue el 24 de junio de 1949, el volcán de San Juan o Nambroque, que se prolongó durante 47 días. E