Cualquiera que resulte ganador en las elecciones en Estados Unidos tiene la tarea de garantizar la supremacía del gran país del norte; los candidatos podrán tener visiones distintas, en el caso de Harris es progresista, mientras Trump ultraconservador; pero ambos tienen el interés común de impedir la caída de la cima de la principal democracia del mundo.
Sin dudas lo que sucede en Estados Unidos repercute en gran parte del planeta, lo que implica alinearse con el que llegue al poder, pero sin dejar de tomar en cuenta, que un imperio nunca está del lado una persona, sino del lado de sus intereses.
Las encuestas más que un empate técnico entre demócratas y republicanos, muestran una sociedad cada día más polarizada; y como diría el general Julio César al cruzar el Rubicón con sus legiones » La suerte está echada”.
El pueblo estadounidense escogerá su destino.
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