LOS ÁNGELES.- La mujer embarazada que se encuentra en una batalla legal contra el Gobierno de Texas para que se le permita abortar por razones médicas ha abandonado ese estado para poder realizarse el procedimiento en un lugar donde esté permitido, anunciaron este lunes sus abogados.
Kate Cox, quien recurrió a un tribunal la semana pasada para poner fin al embarazo que pone en riesgo su vida y la podría dejar infértil, viajó fuera de Texas para recibir la atención que necesita, informaron abogados del Centro por los Derechos Reproductivos, que la representa.
En un comunicado, los abogados dijeron que Cox, de 31 años y con 21 semanas de embarazo, recibió “ofrecimientos para ayudarla a acceder al aborto en otros lugares, desde Kansas hasta Colorado y Canadá”.
La defensa de Cox argumentó que ella y su esposo querían desesperadamente tener al bebé, pero sus médicos le advirtieron que no era viable y representaba un riesgo para la salud y la fertilidad de la madre.
El jueves pasado la mujer se había alzado con una victoria cuando una jueza clasificó su caso dentro de las excepciones permitidas por la estricta ley de prohibición del aborto en Texas, un estado predominantemente conservador.
Pero el fiscal estatal, el republicano Ken Paxton, acudió a la Corte Suprema de Texas, que el viernes por la noche suspendió de forma temporal la sentencia de la jueza.
El máximo tribunal del estado indicó que no se pronunciará definitivamente hasta que disponga de más tiempo para estudiar el caso.
Nancy Northup, directora del Centro por los Derechos Reproductivos, dijo en el comunicado que la salud de Cox “está en juego” y que la mujer, madre de otros dos niños, ha estado entrando y saliendo de urgencias y “no podía esperar más”.
“Por eso los jueces y los políticos no deberían tomar decisiones sobre la atención médica de las personas embarazadas: no son médicos”, enfatizó.
Texas ha aprobado las leyes más restrictivas contra el aborto en Estados Unidos, incluso antes de que en junio de 2022 se suprimiera la sentencia ‘Roe contra Wade’, que protegía constitucionalmente las interrupciones de embarazos en el país.
En septiembre de 2021 entró en vigor en Texas la «Ley de latido del corazón«, que prohíbe el aborto si se detecta actividad cardiaca en el feto, algo que sucede a las seis semanas de gestación, cuando muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas.
La semana pasada, la Corte Suprema de Texas celebró una audiencia sobre un caso similar en el que estaban implicadas 20 mujeres que demandaron al estado alegando que las leyes son imprecisas en lo que respecta a las excepciones médicas relacionadas con embarazos peligrosos para la salud de la madre.
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