El presidente Danilo Medina ha demostrado que su gran preocupación es el bienestar de la población. Las medidas que ha tomado van en la orientación de garantizar que haya mejoría económica, social, familiar y personal de cada uno de los miembros de la población.
Su forma de vincularse con sectores marginados para llevarle soluciones a sus problemas, sus visitas sin ser anunciadas y sin parafernalia de seguridad, son ejemplos palpables de que Danilo quiere ser un presidente al alcance de la población, que quiere profundizar la democracia siendo un real y verdadero demócrata.
En esta semana el presidente Medina se reunió con una comisión diputados para discutir la implementación del proyecto Emergencia 911, con el cual se busca crear un mecanismo donde la población pueda llamar a un centro especial que le dé respuesta a cualquiera de las situaciones que vive cada día.
Se trata de crear un centro de acopio de llamadas que posea toda la información necesaria y que pueda conectar de manera rápida con áreas como la policía, los bomberos, defensa civil, salud pública, fuerzas armadas, en fin, con toda el área donde un ciudadano pueda encontrar vías rápidas y eficientes de solución a sus múltiples situaciones cotidianas.
La idea es genial y cuando se implemente será un mecanismo muy importante para ayudar a enfrentar la delincuencia y bajar el sentimiento de inseguridad y desprotección que se vive hoy. Ahora bien, entiendo que Danilo debe definir con mucha claridad algunos aspectos para que este proyecto no vaya a caminar por un sendero equivocado. Lo primero es entender que no se trata sólo de crear un efectivo centro de recepción de llamadas. Se debe lograr que los organismos que deben dar respuestas actúen a la altura de las expectativas de la población. La implementación de Emergencia 911 debe conllevar un cambio en la Policía Nacional, en los bomberos, en la eficacia de los servicios de ambulancias y en todos los sectores que van a servir de apoyo a este proyecto.
Asimismo, se debe hacer una amplia campaña de concientización para que la población tome en serio este proyecto y no vaya a burlarse del mismo haciendo llamadas que no sean realmente de emergencia. Incluso se debe legislar, como en los Estados Unidos, para que quien relaje o abuse de este mecanismo sea procesado judicialmente y se le impongan multas y castigos.
También se debe tratar de no poner un nuevo impuesto a las telecomunicaciones para implementar este nuevo mecanismo de seguridad de la población. Ya las telecomunicaciones tienen un nivel impositivo que llega a un 30% con el incremento del ITBIS a un 18%, y se debe tener cuidado para no dañar ese sector. Es por todo eso que entiendo conveniente que antes de iniciar a nivel nacional el proyecto Emergencia 911, se debería hacer un Plan Piloto en un sector del Gran Santo Domingo, como una forma de probar su eficacia y de educar a la población sobre lo trascedente del mismo y la necesidad de que todos lo apoyemos para beneficio de la sociedad toda.
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