México.- La activista mexicana Margarita López, que desde que desapareció su hija en 2011 excava montañas en todo el país en busca de cuerpos, se encuentra en delicado estado de salud debido a una huelga de hambre de 35 días.
«Si de algo sirve que yo me quede aquí o muera aquí, si sirve como precedente para que las víctimas sean escuchadas, aquí me voy a quedar», explicó a Efe López, que se encuentra en un plantón frente a la Secretaría de Gobernación, en ciudad de México.
Postrada sobre un delgado colchón dentro de una tienda de campaña y con dificultades para hablar, la activista dijo que pidió hablar cinco minutos con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y que ella «nada más dijo que no».
Su protesta llegó después de que varios de los autores del asesinato de su hija, Yahaira Guadalupe Bahena López, desaparecida el 13 de abril de 2011 y asesinada en Tlacolula, en el sureño estado de Oaxaca, fueran puestos en libertad y otros cambiados de penales de máxima seguridad a prisiones locales.
«Me voy a quedar así hasta que me digan cuál fue la razón, por qué todos los delincuentes están libres si todos estaban confesos y señalados. (…) Nada más vienen de vez en cuando y dicen que se va a resolver pero no sucede», indicó.
SÓLO PIDE JUSTICIA
Además de eso, tanto ella como sus compañeras llevan varios meses de plantón frente a la Secretaría de Gobernación pidiendo «únicamente justicia» y que el Gobierno entregue las ayudas a los familiares de las víctimas, ya que contaron que hay grandes retrasos y les piden facturas que no pueden lograr.
«No sé las autoridades qué necesiten para voltear a vernos. No estamos pidiendo nada fuera de lo normal, estamos pidiendo simple y sencillamente que se nos haga justicia. (…) Ya no nos valen las promesas, queremos hechos», dijo a Efe Victoria Torres, madre de un David Malagón, desaparecido en 2017 en Morelia, en el occidental estado de Michoacán.
López presenta, según contaron ella y sus compañeras del plantón, un estado muy delicado de salud después de más de una treintena de días sin ingerir alimentos e incluso ahora su cuerpo es incapaz de ingerir agua o sueros.
«Llevo mucho tiempo esperando, ya mi organismo no puede, mis riñones están muy mal. Ayer vinieron y dijeron que me quieren hospitalizar pero dije que no iba a ir a un hospital covid, aunque si es a otro sí», continuó.
Por el momento, están a la espera de otra visita de personal sanitario que decida si la ingresan en un hospital para que recupere fuerzas, ya que ni si quiera puede caminar para ir al baño y solamente sus compañeras y familiares son quienes intentan cuidarla.
«No es lo suyo estar así, ella quisiera estar en el cerro buscando cuerpos, algo que las autoridades deberían hacer. La única esperanza que encontramos los familiares es ella, porque ella anda en búsqueda, algo que la autoridad competente no hace. ¿Ahora quién lo va a hacer si ella no puede?», añadió Torres.
López es la creadora del colectivo Buscando Cuerpos y, a pesar de que el cuerpo de su hija fue recuperado precisamente después de que ella hiciese varias huelgas de hambre y protestase en Ciudad de México, nunca dejó de ayudar a otras personas a encontrar a sus seres queridos.
Yahaira Bahena fue secuestrada en 2011 por el único hecho de ser del estado de Michoacán, en el oeste del país, y haberse mudado al sureño Oaxaca, además de moverse en un buen automóvil que su madre le había regalado.
Entre varias personas, se la llevaron de su casa de Oaxaca, donde vivía con su marido militar, y la torturaron y violaron durante diez días en los que no le dieron ni agua ni comida para después decapitarla y enterrar sus restos en la sierra.
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