SANTO DOMINGO.- El Coordinador de la Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados, William Charpentier, manifestó que en cualquier momento se tomarán las acciones para llevar a cabo la intervención en Haití tras el acuerdo con Kenia, que autoriza el despliegue de un contingente de mil policías kenianos que liderarán la misión de la ONU.
Charpentier, valoró la decisión porque es inminente él envió de tropas para desarticular las bandas y garantizar el orden público en esa nación.
También, explicó que no será una intervención sangrienta, sino de paz.
Mientras que, en la zona fronteriza, algunos de los nacionales haitianos entrevistados tienen opiniones divididas, muchos a favor de la intervención y otros en contra.
Asimismo, uno de los entrevistados manifestó que Haití necesita una intervención, pero dejó en claro que está en contra de que sea llevada a cabo por parte de Kenia.
“Haití necesita ayuda, pero no quieren que sea Kenia quien lidere la misión”, indicó.
Igualmente, otro nacional haitiano mantiene la misma posición.
Por el contrario, otros ciudadanos dijeron estar de acuerdo con el despliegue de los mil agentes kenianos para mitigar la delincuencia en esa nación.
“Si ellos vienen y se puede resolver la violencia, está bien que vengan, ya nosotros no aguantamos, no se puede salir”, dijo.
Además, explicó que con la llegada de los agentes se puede hallar una solución ante la crisis que está enfrentando ese territorio.
Agregó que: “no se puede salir ni de noche ni de día”.
Se recuerda que, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó en octubre de 2023 el envío de una misión de apoyo a la Policía Nacional de Haití, en respuesta a la solicitud manifestada un año antes por el primer ministro haitiano para erradicar a las bandas armadas.
Crisis en Haití
Desde el 2012, al menos 4,3 millones de personas (alrededor del 44 % de la población) sufrían inseguridad alimentaria aguda.
Aparte de esto, la historia de Haití ha estado marcada por la inestabilidad política y las grandes catástrofes naturales.
Pero la situación se deterioró aún más en 2021 con el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
