Sobre el Ojo de la lengua es el título de la recopilación de trabajos críticos de la autoría de la joven escritora Jennet Tineo, quien al escribir toma como materia prima los textos literarios de otros artistas de la palabra, construyendo más que un análisis de estilo y contenido, una interpretación estética que también concluye en producto artístico. Es como hacer literatura con la literatura, de lo que dejara indiscutibles muestras el argentino Jorge Luis Borges.
La mayoría de los autores comentados son jóvenes nacidos en décadas recientes, lo que podría aumentar el valor de la obra entre lectores e investigadores, si se toma en cuenta la “sequía” en materia de crítica literaria que se observa desde entonces en República Dominicana, hasta el punto que gente joven y talentosa pase desapercibida, sin que sus producciones se sometan al discernimiento valorativo a la luz de las corrientes literarias, artísticas y filosóficas que puedan situarla en un contexto universal.
Tineo descubre la necesidad de inmortalidad en Karina Rieke, quien en el poema Oleo sin nombre, del libro Ontología de la palabra, expresa: “Hurgo al mundo/ para no sentirme tan sola/ habito estas palabras/ para no morirme con mi muerte”. Del libro Mi infierno, de Elsa Báez, destaca los versos que dedica al fenecido cantautor Luis (El Terror) Días: “Necesitabas dos o tres cuerpos/ porque tu inmensidad estaba hacinada/ demasiado para este mundo”.
Destaca también como verdaderas revelaciones a Félix Villalona, José Ángel Bratiní, Doris Melo, Orlando Muñoz, Eduardo Lantigua, Bernardo Silfa Bor y José Enrique Delmonte, mientras que entre los ya conocidos pondera a Camelia Michel, Ramón Saba, Luis R. Santos, José Rafael Lantigua, Oscar Holguín-Veras y el maestro Bruno Rosario Candelier.
Los textos que en su particular estilo comenta Tineo tal vez no sean obras maestras, pero por algo merecieron la atención de la joven crítica. ¡Eureka!, por quienes solo ven debilidades en nuestra literatura.
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