Redacción.- Luego de la muerte de la Reina Isabel II de Inglaterra, comenzó a salir a la luz gran parte del protocolo que seguirá a los próximos 10 días hasta su funeral, entre ellos que los miembros de la familia real inglesa suelen estar enterrados en ataúdes revestidos de plomo.
Al igual que el príncipe Felipe, la reina descansará en un ataúd de roble diseñado para ella hace más de 30 años, uno que muy seguramente pesará una tonelada, porque está revestido de plomo, con fines de conservación.
Esto se debe a que el plomo sella el ataúd de la humedad, lo que ralentiza la descomposición hasta alrededor de un año. De hecho, cuando la princesa Diana murió en 1997, su ataúd también contenía este revestimiento especial.
En realidad, la tradición se extiende mucho más atrás en el tiempo. La nobleza inglesa ha seguido la misma durante al menos cuatro siglos. Los registros de la Abadía de Westminster indican que Isabel I y Carlos II fueron enterrados en ataúdes revestidos de plomo, así como nobles como Sir Francis Drake y artistas como George Frederic Handel.
Como curiosidad, no todos los miembros de la familia real fueron enterrados en este tipo de ataúd. La princesa Margarita insistió en ser incinerada para que sus cenizas pudieran colocarse junto al ataúd de su padre.
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