SANTO DOMINGO.- En República Dominicana el 84% de los embarazos ocurridos en mujeres de 15 a 49 años, durante 2015-2019, no fueron intencionales y entre 2004 y 2020 la tasa de natalidad adolescente se ubicó en 54 por cada 1,000 adolescentes de 15 a 19 años.
De esta manera lo explica el informe El Estado de la Población Mundial 2022, publicado el día de hoy por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el organismo de las Naciones Unidas dedicado a la salud sexual y reproductiva.
También, el informe “Visibilizar lo invisible” indica que en lo que va de 2022 el porcentaje de uso de anticonceptivos en mujeres de 15 a 49 años en el país equivale al 57%, con más del 15% de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes que no utilizan anticonceptivos modernos, a pesar de haber sido sexualmente activas durante el año previo a la investigación. Según los datos, la República Dominicana ocupa el tercer lugar entre los países de América Latina y el Caribe con un aproximado de 22% de usuarias que descontinúan el uso de métodos anticonceptivos aun estando en situación de riesgo de tener un embarazo no intencional; precedido por Honduras y Perú.
En contraste, los hallazgos indican que Dominicana ocupa el segundo lugar entre los países del mundo donde se llevó a cabo el estudio, con cerca de 25% de mujeres que fueron esterilizadas sin saber que se trataba de una intervención irreversible; le precede Lesoto con 28% (datos procedentes de encuestas nacionales realizadas entre 2000 y 2017). En este sentido, el reporte destaca la necesidad de enfatizar en el consentimiento informado, fortalecer el asesoramiento sobre los anticonceptivos y presentar la información a las usuarias y usuarios de manera comprensible.
El mismo informe indican que casi la mitad de todos los embarazos en el mundo, un total de 121 millones, no son intencionales. Para las mujeres y las niñas afectadas, la decisión reproductiva más trascendental de su vida – quedar o no embarazada– no es una opción en absoluto.
Este trascendental informe, “Visibilizar lo Invisible: La necesidad de actuar para poner fin a la crisis desatendida de los embarazos no intencionales”, advierte que esta crisis de derechos humanos tiene consecuencias profundas para las sociedades, las mujeres, las niñas y la salud mundial. Más del 60% de los embarazos no intencionales terminan en aborto, y se estima que el 45% de todos los abortos son inseguros y producen el 13% de todas las muertes maternas, una situación que tiene importantes repercusiones en la capacidad del mundo para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Es muy probable que la guerra en Ucrania y otros conflictos y crisis alrededor del mundo produzcan un incremento en el número de embarazos no intencionales, a medida que el acceso a la anticoncepción se vea interrumpido y la violencia sexual aumente.
“Este informe es un llamado de atención. La abrumadora cantidad de embarazos no intencionales representa un fracaso mundial en la defensa de los derechos humanos fundamentales de las mujeres y las niñas”, afirma la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem. “Para las mujeres afectadas, la decisión reproductiva más trascendental de su vida –quedar o no embarazadas– no es una opción en absoluto. Las sociedades pueden garantizar a las mujeres y adolescentes que la maternidad sea una aspiración y no algo inevitable, al reconocer y asegurar el poder que tienen ellas de tomar esta decisión tan crucial para sus vidas.
Principales hallazgos: La desigualdad de género y el estancamiento del desarrollo se traducen en altas tasas de embarazos no intencionales
A escala mundial, se estima que 257 millones de mujeres que no desean quedar embarazadas no están usando métodos anticonceptivos seguros y modernos, y en aquellos casos en los que existen datos disponibles, casi una cuarta parte de todas las mujeres no pueden oponerse a tener relaciones sexuales. Una variedad de otros factores clave también contribuye a los embarazos no intencionales, entre ellos:
Todos estos factores reflejan la presión impuesta por las sociedades sobre las mujeres y las niñas para que se conviertan en madres de manera impostergable e independientemente de sus planes de vida. Un embarazo no intencional no necesariamente es un fracaso personal, y se puede deber a la falta de autonomía permitida por la sociedad o al valor que se da a las vidas de las mujeres.
Con la llegada de una crisis los embarazos no intencionales aumentan
Las crisis y los conflictos privan a las mujeres de su capacidad de decidir a todos los niveles, además de aumentar de manera dramática el riesgo de embarazos no intencionales en el momento en que este resulta más amenazante. Las mujeres a menudo pierden el acceso a métodos anticonceptivos y la violencia sexual aumenta; algunos estudios muestran que más del 20 % de las mujeres y las niñas refugiadas padecerán violencia sexual. En Afganistán, se estima que la guerra y las afectaciones a los sistemas de salud se traducirán en alrededor de 4.8 millones de embarazos no intencionales para el 2025, lo que pondrá en peligro la estabilidad, la paz y la recuperación del país en su conjunto.
“Si solo tuvieras 15 minutos para huir de tu casa, ¿qué te llevarías? ¿Te llevarías tu pasaporte? ¿Comida? ¿Te acordarías de tus anticonceptivos?”, pregunta la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem. “En los días, semanas y meses posteriores al inicio de una crisis, los servicios de protección y de salud sexual y reproductiva salvan vidas, protegen a las mujeres y a las niñas de daños, y evitan embarazos no intencionales. Son tan vitales como la comida, el agua y los albergues”.
El informe muestra la facilidad con la que los derechos más elementales de las mujeres y las niñas son relegados a un segundo plano en tiempos de paz y en medio de una guerra. Insta a los tomadores y tomadoras de decisiones y a los sistemas de salud a priorizar la prevención de los embarazos no intencionales por medio de acciones dirigidas a mejorar la accesibilidad, aceptación, calidad y variedad de la anticoncepción, y a ampliar de manera considerable la información, consejería y los servicios de salud sexual y reproductiva de calidad.
Urge que quienes son responsables de formular políticas, líderes comunitarios/as y todas las personas fomenten sociedades que reconozcan el valor de las mujeres y adolescentes, y garanticen que ellas puedan tomar decisiones informadas sobre las relaciones sexuales, la anticoncepción y la maternidad. Si lo hacen, ellas podrán contribuir plenamente a la sociedad y contarán con las herramientas, la información y el poder para tomar esta decisión fundamental –la de tener hijos o no, cuántos tener y cuándo tenerlos, en caso de que así lo deseen.
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