En escuchar al pueblo radica la base de la democracia y los griegos hace siglos ya lo tenían claro, no fueron ni uno ni dos los generales condenados al ostracismo porque cuando tenían una cuota de poder o de fama se olvidaban de sus conciudadanos.
Tomar en cuenta las propuestas sobre un tema en específico siempre será la forma más prudente de hacer política, y es que los pueblos miran, oyen y callan pero tarde o temprano hablan.
La principal fuente de sabiduría y cultura es la sociedad, saber interpretar los deseos de la misma es una garantía de confianza y sobretodo de progreso.
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