Aunque a menudo estamos entre los países con mayor crecimiento económico de América Latina, el mismo no se refleja en la mayoría de la población, debido a que la riqueza aumenta solo en unos cuantos, y los frutos que genera lo recogen los mismos de siempre.
Más allá del crecimiento, lo más importante es la prosperidad debido a que la misma es colectiva, pero si no encuentra una base social sólida difícilmente pueda crearse.
Por lo tanto, se justifica el dicho popular de que somos “un país rico pero mal administrado”, y siempre que cualquier gobierno de turno se vanaglorie de los números positivos, es bueno recordarle que estadísticamente está comprobado que las estadísticas no siempre dicen la verdad.
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