Una generación comprometida con la democracia busca impulsar cambios profundos en la sociedad dominicana.
Santo Domingo.– 1.- A la mayoría del pueblo dominicano, por su situación de ignorancia, no le podemos pedir que, así por así, se levante contra la opresión.
2.- En ningún lugar u ocasión los oprimidos han tomado la iniciativa para sepultar el sistema que impide el progreso y mantiene el atraso.
3.- Lo que en verdad constituye lo que es el pueblo, en nuestro país necesita de un grupo de mujeres y hombres que hagan de dinamo, de motor transformador.
4.- La disconformidad de las grandes mayorías nacionales, su descontento hay que bien captarlo y así, correctamente comprendido, traducirlo en acciones políticas y sociales.
5.- En la República Dominicana, la realidad de los hechos deja ver que están haciendo falta luchadores sociales que interpreten el sentir de las masas populares.
6.- Una generación de mujeres y hombres en un pasado reciente hizo de artífice, de autora, de conquistas democráticas que todavía están presentes en el país.
7.- Muchos de esos militantes por los cambios sociales del pasado todavía viven y mantienen el mismo deseo de ver a su pueblo con una vida digna.
8.- La gran mayoría de nuestra gente no debe seguir viviendo como hasta ahora a expensas de limosnas, cupones y otras dádivas otorgadas para tapar las manchas del sistema.
9.- Hambre, miseria, insalubridad, falta de techo, criminalidad, drogadicción, corrupción, violencia, prostitución y otros males sociales merecen tener respuesta de sus adversarios.
11.- Las mujeres y hombres de vocación democrática no deben comportarse indiferentes ante un medio no adecuado para vivir personas apegadas a la decencia, limpieza y honestidad.
12.- Por el hecho de que aquí los poderosos consideren el ambiente dominicano como muy bueno, semejante creencia no puede ser compartida por gente de vergüenza y honor.
13.- El sitio donde estamos compartiendo dominicanas y dominicanos procede ser objeto de una transformación ética, moral y estructural. No nos queda de otra.
15.- Las máculas de las cuales adolece la sociedad dominicana son de una imperfección tan profunda que una superación reformista no las hace viables.
16.- Nuestro pueblo está integrado, en su mayoría, por gente que no merece vivir bajo un sistema en el cual se destaca la pobreza y cuantos males hunden a los nobles sentimientos.