SANTO DOMINGO. – Miguel Ángel de Óleo dice que está vivo de milagro. Hace apenas cinco días se mudó al sector Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte, y nunca imaginó que, al cruzar una palizada de zinc en la calle Ureña, recibiría una descarga eléctrica de 220 voltios que lo lanzaría a una cañada llena de agua.
“Yo iba para el culto de la iglesia, como de costumbre, y al pasar junto a la palizada sentí un golpe fuerte, un corrientazo que me botó directo al agua. Yo no sabía que tenía electricidad”, relató aún con la voz temblorosa.
El impacto lo dejó con quemaduras en un brazo y golpes en el cuerpo. Según vecinos, el dueño de la vivienda conectó la estructura a la corriente eléctrica como medida desesperada ante la ola de robos y atracos en la zona.
De Óleo pide ahora que las autoridades tomen cartas en el asunto. Solicita mayor vigilancia en el sector y exige que le entreguen las grabaciones de seguridad que captaron el momento en que fue electrocutado. “Esa es la evidencia más grande. Yo estoy vivo por un propósito de Dios”, asegura.
Además, clama por ayuda, pues debido a sus lesiones no ha podido volver a trabajar y sin los videos no puede demostrar lo sucedido ante la justicia.
De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), las muertes de personas electrocutadas se incrementaron un 12% en 2023, con 168 casos, en comparación con 2022, con 150 casos.
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