Por: Sandy Cuevas
SANTO DOMINGO. – Frente a la proliferación de teléfonos inteligentes con cámaras fotográficas de alta resolución y la cada vez menor necesidad de contar con fotografías impresas para trámites oficiales, los estudios fotográficos de barrios buscan alternativas digitales para sobrevivir.
Paquetes de fotografías ilimitadas para compartir en redes sociales, retoques digitales de alta calidad, así como sesiones en parques o lugares turísticos son algunos de los servicios que ofrecen los propietarios de los estudios fotográficos para atraer clientes y evitar el cierre de sus negocios.
José Ortiz reconoce que la evolución de los celulares con cámaras de alta resolución puso en jaque el estudio fotográfico que con esfuerzo y sacrificios económicos abrió hace poco más de tres décadas en El Café de Herrera.
Para contrarrestar la caída de la demanda de servicios, fotógrafos aseguran que se han visto en la necesidad de invertir grandes cantidades de dinero para mantenerse a la vanguardia tecnológica a fin de bridar servicios innovadores y acordes con la era digital.
Dado que las nuevas generaciones ya no desean fotografías impresa, sino imágenes llamativas e instantáneas para subirlas a las redes sociales, lo fotógrafos también abrieron el abanico de servicios para que sus clientes puedan atraer “likes”, comentarios y ampliar el número de seguidores.
Las fotografías para pasaporte y dos por dos que eran las más comunes en los centros han bajado hasta en un 80 por ciento.
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