REDACCIÓN.- La terapeuta familiar y de pareja, Indhira De la Cruz, sobre el amor sano sin la dependencia emocional y todo lo relacionado a lo que dicha condición puede convertirse o hacer verse como una relación toxica.
El amor sano es un problema de calidad más que de cantidad. Amar mucho no significa amar bien. Amar bien implica respeto, confianza, honestidad, apoyo mutuo, vivir una relación de equilibrio entre dar y recibir, mantener identidades separadas y una buena comunicación.
¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional es un patrón psicológico que incluye, necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida, temor a la separación de las personas, dificultades para tomar decisiones por sí mismos, dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación, se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo y preocupación no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.
Las personas con dependencia emocional suelen tener o iniciar relaciones poco sanas y tienen sentimientos excesivos y poco adaptativos de temor a que la relación se acabe en algún momento.
Es común que estas personas con apego emocional no piensen en sus necesidades, que se anulen a sí mismos a favor de su pareja, familia o amistades y tienden ser muy sensibles a la aprobación de sus actos por parte de estas personas.
Algunas de las causas de la dependencia emocional
En realidad, la dependencia emocional es un rasgo de personalidad, pero si se presenta un grado alto de dependencia, hablamos de un trastorno.
En los niños se detecta porque presentan una actitud inmadura con relación a los que les cuidan u orientan, ya que necesitan, de forma exagerada, la presencia y la aprobación de una persona concreta a la que se pueda referir y con la que se puede identificar.
La dependencia se intensifica por una educación sobreprotectora o que inculque temor, por ejemplo un hijo puede desarrollar una dependencia emocional con su madre sobreprotectora. Esta vinculación afectiva tan excesiva se correlaciona con trastornos de apego emocional.
En el fondo de una dependencia emocional elevada, se encuentra una baja autoestima y un alto grado de inseguridad. También hay un gran miedo a estar emocionalmente solo, lo que repercute en la calidad de la pareja ya que lo que mantiene el vínculo de pareja es un miedo persistente a que la relación se acabe.
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