Miami .- Aún faltaban tres horas este sábado para que iniciara el partido de la Serie del Caribe entre Puerto Rico y República Dominicana, pero los aficionados de ambos equipos ya iban haciendo acto de presencia en los exteriores del estadio LoanDepot Park de Miami (Florida) donde se iba a disputar el encuentro.
Muchos de los aficionados señalaban que estar en este partido es “como vivir una final de un campeonato”, al considerar que el juego de este sábado enfrentaba a dos de los equipos “con mayor calidad” de la Serie del Caribe y “porque de esas dos naciones suelen salir los mejores jugadores de las Grandes Ligas”.
Leslie David y Jorge Rodríguez habían improvisado un picnic en el estacionamiento colindante a las instalaciones «para matar el tiempo y pasar un buen rato» antes acceder al recinto.
«He llegado a vacilar primero para después seguir ahí con el juego», decía la mujer dominicana a la Agencia EFE mientras tomaba un sorbo de una lata de cerveza sentada en una silla de playa y explicaba que estaba «ansiosa por vivir» este evento deportivo que, cada año, congrega a decenas de aficionados de la región latinoamericana.
Marcos Valls reside en el municipio de Trujillo Alto, en Puerto Rico, y no se lo pensó dos veces cuando supo que la Serie del Caribe se iba a celebrar en el sur de la Florida. Además, tiene a sus dos hijos estudiando en la ciudad del Sol, por lo que tenía “la excusa perfecta” para aprovechar el viaje “por partida doble”.
“No me podía perder esta oportunidad, y más cuando puedo disfrutar junto a mi esposa y mis dos hijos, que eso no pasa siempre”, afirmaba el boricua, que acudió al partido envuelto con la Monoestrellada -la bandera de Puerto Rico-, una camiseta y una gorra con la siglas “PR” características de la isla caribeña.
El béisbol, un deporte que se lleva en el ADN latino
Para la mayoría de ellos, el béisbol “forma parte del ADN” ya que, según cuentan, la pasión por esta disciplina deportiva “se inyecta en vena” desde la escuela.
“Nuestro deporte principal es el béisbol porque nosotros nacemos con esa pasión. Piensa que vamos a la escuela con un guante y una pelota, en el recreo jugamos con un bate. Es como el fútbol para muchos países europeos”, comparaba Jorge Félix, un dominicano que lleva más de dos décadas residiendo en Boston (Massachusetts) y que también se desplazó a Florida para ver el partido.
“Puerto Rico y República Dominicana somos muy similares y siempre ha habido esa rivalidad porque producimos muy buenos peloteros”, decía Félix “emocionado” por poder ver a Robinson Canó, uno de los jugadores que forman parte del conjunto dominicano.
Para Micky Ortiz, un boricua residente en el municipio de Toa Alta, este es un “partido muy especial” no solo por presenciar un encuentro de este tipo, sino porque podrá animar a su sobrino Jack López, uno de los beisbolistas del equipo de Puerto Rico.
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