x
Batalla Electoral 2024

Fe y Vida: “Soy yo mendigo”

Ray Ortega

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Cuánta tristeza y dolor me da cuando veo mujeres, niños y hombres deambulando por las calles, viviendo de la caridad ajena, es decir, pidiendo en las esquinas para poder malamente subsistir. Claro, que muchos de ellos lo hacen porque es mejor pedir que tener la obligación de levantarse temprano a trabajar o a estudiar, aunque no puedo culpar a los niños por no ir a la escuela, sino a los padres que los ponen a hacer eso, pero bueno, ese es un tópico del que podemos hablar en otra oportunidad, pues aquí hay mucha tela qué cortar.

Hay muchos que siendo millonarios son mendigos, porque carecen de lo principal, que es el amor de su familia, el calor de un hogar, y así muchas otras cosas más. Tenemos que recordar que no solo son mendigos los que andan por la calle mal vestidos, pidiendo de comer o de beber porque tienen hambre, sed o frio.

Hace unos días llegó a mis manos algo titulado “Mendigo”, lo quiero compartir con ustedes, y dice así:

“Hay mendigos que sienten vergüenza de admitir que aunque tienen todo lo material, viven en la pobreza espiritual y se sienten frágiles como niños. Mendigos de un abrazo, de un consuelo, de un beso, de una mirada. Mendigos que darían todo lo que tienen por encontrar el verdadero amor o hallar dentro de sus familias el verdadero calor de hogar. Mendigos son las madres que imploran la atención de sus hijos, abuelos olvidados, niños y jóvenes que, aunque lo tienen todo, se sienten abandonados por sus padres. ¿Cuántas veces hemos pasado por el lado de esos mendigos de amor y ni siquiera nos hemos dado cuenta, y los hemos ignorado? ¿Cuántas veces hemos juzgado mal a personas que hacen lo que hacen porque están hambrientos de ternura y afecto? Quizás alguna vez tú o yo nos hemos sentido carentes de cariño y anhelamos que alguien nos ame de tal forma que nos devuelvan la ilusión, lográndose fortalecer nuestro corazón. Son esos momentos en que hemos perdido lo que más hemos querido, o simplemente no hemos encontrado lo que tanto anhelamos. Es entonces que nos sentimos solos y deprimidos. Seamos de aquellos que son capaces de brindar a todos amor y amistad”.

Todos sabemos que la vida en este mundo no resulta ser siempre demasiado fácil y asequible para todos los que en él habitamos. Si nosotros nos ponemos a andar por nuestra ciudad, resultaría muy difícil el cruzar tres calles y no encontrarnos con algún mendigo o con alguna persona pidiendo, que no se sabe debido a qué te pide un poco de ti, pero que es suficiente para calmar su desalentado apetito. Muchas veces nosotros pasando por el lado de ellos  y nos decimos a nosotros mismos: “Más vale que se busquen un trabajo” o “para que le voy a dar nada, si luego se lo va a gastar en bebida o en droga”, ¿pero, sabe alguno de nosotros las causas que lo han llevado a estar viviendo en la calle o en una casa cayéndoles encima, suplicando la ayuda de los demás para poder comer o vivir? La única manera de hallar una respuesta es acercándonos a ellos, y preguntándoles, y gracias a su testimonio, conocer las verdades de lo acontecido en tiempos pasados y que ocasionaron esta aterradora situación.

Dijo la Madre Teresa de Calcuta: “Hagamos que amando sin distinción, logremos acabar con esa mendicidad para que podamos construir un mundo mejor y pueda reinar por fin, la paz en cada rincón”.

Termino con el versículo 25 del capítulo 18 del Eclesiástico que dice: “Cuando te halles en la abundancia, acuérdate de los días de escasez. Cuando seas rico, piensa en la pobreza y en la miseria”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

 

Comenta con facebook