Hace ya un año que empece a ir a terapia. Aunque el tema de sanación parecería estar muy en auge entre adultos que van a centros holísticos, hacen yoga y tienen la capacidad de identificar cuando necesitan ayuda, cuánto estamos haciendo realmente por nuestra juventud?
En nuestra sociedad, muchas mujeres nos criamos pensando que si queremos acudir a un psiquiatra o a un psicólogo, que vamos a ser rechazadas o que nos haría menos que otros. En mi caso en particular, tuve mucho miedo al principio de acudir a ayuda o de la posibilidad de que quisieran medicarme porque nos criamos pensando que acudir a un profesional está mal cuando realmente tener limitaciones psicológicas atentidas a una temprana edad puede ayudar no solamente a que los niños se puedan desenvolver mejor en su entorno, sinó que veríamos menos hombres y mujeres que no puedan ser productivos a la sociedad. Menos niños con complejos o problemas con su sexualidad podría conducir a menos hombres machistas que maltraten a las mujeres. Menos mujeres con problemas con su sexualidad o su apariencia física podría llevar a menos mujeres depresivas y que sean malas madres, de esas que abandonan a sus hijos. Menos personas que no estén en control de sus deseos, voluntades, propósitos e impulsos incluso podría llevar a una sociedad en la que una sociedad en donde hablemos más abiertamente sobre desórdenes mentales nos ayudaría a tener ciudadanos más productivos, más concientes de cómo hacer el bien para otros y más hábiles para contribuir al fortalecimiento de nuestra sociedad, pero para eso debemos instruir y entender que el proceso de sanación es uno lento, largo, pero valioso por más difícil que parezca.
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