1.- En el curso de los últimos 58 años, hasta ahora, los tres partidos que han gobernado al pueblo dominicano lo han tratado como si estuviera constituido por mujeres y hombres que no son más que unos buenos pendejos.
2.- Para los dueños del poder económico, político y social, las masas populares dominicanas, en su conjunto, son personas privadas de entendimiento, tontas, fácil de joder, listas para dejarse embaucar como cosas de poca o ninguna importancia.
3.- La minoría nacional dominicana y los intereses monopolistas norteamericanos, han hecho una especie de mancuerna, y como iguales han manejado al país en forma impúdica, totalmente deshonesta.
4.- Lo que políticamente nos ha caído encima con posterioridad a Trujillo, es una plaga, la abundancia de algo nocivo que ha venido a hundirnos en lo material, ético y moral.
5.- El connubio maléfico, el casamiento funesto entre los ambiciosos nativos y su feroz aliado extranjero, han contado con la complicidad de una clase media sumisa, en la que se destacan los intelectuales sistémicos, y muchos renegados de la izquierda sin consistente ideológica.
6.- La burla, la tomadura de pelo a los que en el país viven en la indigencia, ha llegado hasta el punto de hacerle creer que el patrimonio económico del Consejo Estatal del Azúcar-CEA- y el de la Corporación de Empresas Estatales-CORDE-, fue sustraído por un partido, y no por miembros de los tres que han estado en los sucesivos gobiernos.
7.- Porque el pueblo dominicano pobre, nunca ha gobernado, ni ha estado representado en el Estado, el asunto de sus recursos económicos, provenientes de la fortuna que dejó Trujillo, la explicación ha quedado en que el que gana las votaciones imputa, achaca, tacha de corrupto al anterior, y colorín colorado.
8.- Mientras tanto, al pueblo de a pie se le mantiene embelesado, ilusionado con la creencia de que algún día recuperará lo que le ha sido robado y que, por ahora, está en los bolsillos de negociantes de la politiquería.
9.- Para que ciudadanas y ciudadanos voten legitimando el sistema social imperante, los poderosos les han organizado partidos iguales, que cada cuatro años sirven como medios de expresión política y de estafa politiquera, y, a fin de cuentas, cualquiera que triunfa todo queda igual.
10.- Embromar, y de cualquier forma ocasionar daños morales y materiales a los que aquí viven en barrancas y comen de vez en cuando, ya no es cuestión del funesto régimen económico vigente, sino que se acepta como formando parte de la cotidianidad.
11.- Entretener a los que aquí no disponen de lo indispensable para una existencia digna, es obra de aquellos que le es indiferente la vida de arrastrados que padece la mayoría de dominicanas y dominicanos.
12.- Los días pasan, transcurren los años, y el pueblo dominicano ahí, cada día peor en lo económico, y en un ambiente de inseguridad e inmoralidades, aunque aquellos que están bien por el engranaje, hacen creer que todo marcha a las mil maravillas.
Ideas finales
13.- Por muy calamitosa que sea hoy la forma como vive la mayoría del pueblo dominicano, su desgraciada situación no la acompañará para siempre. Hay que confiar en la potencialidad de los que son los más, aunque hoy no tienen el poder político para decidir su destino.
14.- Hacer mofa, chotear políticamente a los oprimidos, faltarle el respeto a los que han permanecido bajo la pobreza, nunca ha sido algo a perpetuidad. La transitoriedad finaliza con el festín de los muertos de hambre.
15.- Siempre, en todo el curso de la historia de la lucha política, las clases dominantes han subestimado la inteligencia y el batallar de las víctimas de la prepotencia de esos que se creen predestinados para gobernar de por vida, como si fueran escogidos por sus dioses.
16.- Todos aquellos que confiamos en los pueblos y en su decisión de ejecutar cambios sociales para beneficio de la sociedad entera, esperamos, y así será, que inexorablemente los marginados de la sociedad lograrán su definitiva liberación. De eso que no quede la menor duda.