Ciudad del Vaticano.- El papa viajó hoy a Asís (centro de Italia), la ciudad de San Francisco, para reunirse con 500 personas desfavorecidas procedentes de varias partes de Europa y dijo que «es hora de que los pobres vuelvan a tener voz, porque durante demasiado tiempo sus demandas no han sido escuchadas».
En su quinta visita a la ciudad del santo de los pobres y la naturaleza, Francisco escuchó los testimonios de algunos desfavorecidos procedentes de toda Europa y de refugiados de Afganistán e hizo hincapié en la necesidad de una sincera acogida «y dejar entrar a los que llaman a la puerta de la casa y a la puerta del corazón» porque donde «hay miedo al otro, desprecio por sus vidas, entonces nace el rechazo».
El papa escuchó entre ellos al español Sebastián del Valle, al que un sacerdote salvó de la calle donde mendigaba tras una vida dura. Hoy, emocionado, contó su historia.
«Sabemos que cada uno de nosotros necesita al otro, e incluso la debilidad, si la experimentamos juntos, puede convertirse en una fuerza que mejore el mundo», dijo Francisco en su discurso.
El papa criticó a quien piensa que «son los pobres los responsables de la pobreza, con el fin de no hacer un serio examen de conciencia sobre sus propios actos, sobre la injusticia de ciertas leyes y las medidas económicas» y explicó que se trata de «la hipocresía de los que quieren enriquecerse a gran escala, echan la culpa a los más débiles».
«En cambio, es hora de que los pobres vuelvan a tener voz, porque durante demasiado tiempo sus demandas no han sido escuchadas», clamó Francisco en la basílica superior de Asís.
Pidió que «se abran los ojos para ver el estado de desigualdad en el que las familias viven» y aseguró que «es hora de arremangarse para recuperar la dignidad creando puestos de trabajo».
«Es hora de volver a indignarse ante la realidad de los niños que pasan hambre, son esclavizados, zarandeados por las aguas en medio de un naufragio, víctimas inocentes de todo tipo de violencia», añadió.
También clamó para que «la violencia contra las mujeres se detenga y que se las respete y no se las trate como mercancías».
«Es hora de romper el círculo de la indiferencia y descubrir la belleza del encuentro y del diálogo», agregó el pontífice.
Tras este encuentro, el papa regresará al Vaticano y el domingo celebrará la misa por la Jornada Mundial dedicada a los Pobres, que el mismo instituyó, en la basílica de San Pedro y a la que asistirán desfavorecidos de la capital italiana.
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