El Banco Mundial anunció ayer que en América Latina y el Caribe el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sigue “anémico”, “insuficiente para reducir la pobreza y crear empleos, mientras las restricciones fiscales limitan la posibilidad de hacer las inversiones necesarias”. El crecimiento de 2% para 2023 será menor que en todas las regiones del mundo.
En tan tétrico panorama, resaltan como estrellas las economías panameña, paraguaya y dominicana. Paraguay crecerá 4.8% en 2023 y 4.3% en 2024; Panamá 5.7% este año y 5.8% el próximo; nosotros 4.1% en 2023 y 4.8% en 2024. Hemos logrado la mayor recuperación regional desde enero, cuando se proyectó que apenas creceríamos 1.4%.
Este liderazgo entre 19 países debe mucho al Banco Central y las políticas monetarias restrictivas hasta mayo, logrando controlar la inflación de origen externo. Los niveles de reservas en dólares, los depósitos corrientes del Gobierno en pesos, la necesidad de más recuperación y la inminencia de elecciones, sugieren que una reforma fiscal será después. No así el esperado incremento en gastos de capital, inversiones que dinamizarán la economía y ojalá ayuden a desmontar subsidios. El futuro de Luis Abinader puede ser brillante…
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