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Gadafi es "voluble y excéntrico" y sufre fobias, según WikiLeaks

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Muamar Gadafi.

Londres.- El jefe del estadio libio, Muamar al Gadafi, es «voluble y excéntrico», sufre graves fobias y actúa conforme a sus caprichos, según cables diplomáticos estadounidenses filtrados a WikiLeaks y publicados por el diario The Guardian.

Gadafi, de 68 años, tiene miedo de los pisos altos y prefiere no sobrevolar el mar, según reveló el embajador estadounidense en Tripoli antes de que aquél hiciese una polémica visita a la ONU en Nueva York en septiembre de 2009.

El coronel libio, que según WikiLeaks consigue irritar por igual a amigos y enemigos, ha sido ridiculizado muchas veces en Occidente, pero se le tiene miedo y desconfianza en ciertos países africanos, algunos de cuyos líderes se dicen irritados por su plan de crear unos Estados Unidos de África.

El presidente de Uganga, Yoweri Museveni, expresó incluso su preocupación por la posibilidad de que Libia atacase su avión.

El equipo libio encargado del protocolo se resistió en principio a aceptar la exigencia de que Gadafi presentase una foto tipo pasaporte para su solicitud de visado con el argumento de que «su imagen aparecía en cientos de carteles en Libia y bastaba con fotografiarla y reducir luego el tamaño».

El embajador estadounidense, Gene Cretz, advirtió a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, antes de que ésta viajase a Trípoli en agosto de 2008, de que Gadafi tiene una personalidad «voluble», evita al principio mirar a su interlocutor a los ojos y pueden producirse silencios largos e incómodos en una reunión con él.

Pero Gadafi puede resultar por el contrario «un interlocutor interesado y encantador…un autoproclamado intelectual y filósofo, ansioso desde hace años de tener la oportunidad de compartir con la otra persona sus puntos de vista sobre temas globales».

Gadafi es también, según el diplomático estadounidense, «intelectualmente curioso y un voraz consumidor de noticias: un grupo de consejeros de su confianza están encargados de resumir en árabe libros y artículos importantes publicados en otros idiomas».

A raíz de la celebración, el año pasado, del 40 aniversario de la Revolución libia, el embajador de EEUU contó que Gadafi parecía «particularmente fascinado por las carreras de caballos de los tuareg …y estuvo aplaudiendo y sonriendo todo el rato».

«El baile flamenco parecía despertar en él un interés similar», explicaba el diplomático. Gadafi planeó una escala en la ciudad española de Sevilla, en su camino hacia Libia desde Venezuela para asistir a un tablao.

En otro informe se compara la «ostentación de las familias de los gobernantes del Golfo o del clan libanés Hariri, con la sobriedad y aun modestia del complejo donde reside el jefe del Estado libio, en cuyas paredes «no cuelgan obras de arte».

Los cables hablan por otro lado de la desconfianza que suscita Gadafi en otros líderes y el presidente Museveni denunció los supuestos intentos del dirigente libio de «comprarlos» o «intimidarlos, desestabilizando sus países a menos que den su acuerdo a la unión (africana)».

Sin embargo, el jefe del Estado libio parece haberse ablandado algo con los años, y así en cierta ocasión le dijo al general estadounidense William Ward, del Mando Africano: «En cuanto apagamos un incendio en África, estalla otro. Solíamos decir que era una conspiración estadounidense, pero ya no».

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