“Godspeed” combina las palabras “God” (Dios) y “speed” (velocidad) y me gusta esa voz inglesa porque significa buenos deseos, bendiciones y deseos de éxito para quien emprende algún viaje.
La utilizo porque hoy sale hacia Washington en visita oficial el presidente Abinader, con una agenda política que el Departamento de Trabajo estadounidense ha complicado, al publicar horas antes un informe de 44 páginas expresando preocupación por alegadas “condiciones de trabajo atroces” en la industria azucarera dominicana. Nuestro jefe de Estado hablará con la vicepresidente Kamala Harris, la líder congresual Nancy Pelosi, otros legisladores y altos funcionarios. También dará un discurso en la OEA y se espera que uno de sus temas sea la implosión de Haití y su flagrante inviabilidad.
En ese contexto es una gran y paradójica canana el afán de sectores de Washington por incordiar a nuestra industria azucarera, cuyas supuestas atrocidades lucen paradisíacas si se comparan con los padecimientos de los haitianos en Haití. Esto me recuerda como decía una legisladora de una zona cañera: “¡no coja corte, presidente!”.
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