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“Ha fallecido un Gran Amigo”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Hoy en día casi nadie usa el sentido común para hacer las cosas. Preferimos preguntar o esperar hasta más tarde a que alguien que utilice el sentido común llegue para poder tomar la iniciativa de las cosas. Es que a la mayoría de nosotros nos cuesta a veces hasta trabajo el pensar un poco. Créanme que a veces muchos de nosotros caminamos porque vemos a otros que caminan, es que muchos de nosotros ya estamos tan acostumbrados que hacemos las cosas como robots, ni a veces pensamos lo que estamos haciendo o diciendo.

Quiero compartir con todos Ustedes mis amigos algo que llego a mi poder hace unos días, y se titula: “Ha fallecido el Sentido Común”, y dice así: “Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, “Sentido Común”, que ha estado entre nosotros durante muchos años. Nadia sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza; que se necesita leer todos los días un poco; saber que los pájaros que madrugan consiguen lombrices, y también por reconocer la validez de frases tales como “la vida no siempre es justa” y “tal vez haya sido yo el culpable”. Sentido Común vivió simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas), y estrategias parentales confiables (los adultos están a cargo, no los niños). Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas bien intencionadas pero ineficaces: informes respecto a un niño de seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase; adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de drogas, y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición. Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros, sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos. Declinó más cuando en las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar, o colocar una curita antiséptica a un alumno. Aunque eso sí, no podían informar a los padres sí una alumna estaba embarazada o quería abortar. Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios, y los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas. Para Sentido Común fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil. Y así, muchísimos casos más de nuestra vida terrenal. La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Verdad y Confianza, la de su esposa, Discreción, la de su hija, Responsabilidad, y la de su hijo, Raciocinio. Le sobreviven sus tres hermanastros: Conozco Mis Derecho, Otro Tiene la Culpa, y Soy Una Víctima de la Sociedad. No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos se enteraron de que se había ido. Si aún lo recuerdas, hónrale”. Porque hacen falta muchas personas que lo recuerden y que lo lleven a cabo.

Termino con este Versículo de la Primera Carta de San Pablo los Corintios Capitulo 14, Versículo 20 que dice así: “Hijitos, no seáis niños en vuestros pensamientos. Sed niños para el mal, pero maduros en vuestro forma de pensar”. 

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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