Puerto Príncipe.– La calma reina este sábado en Haití, después de las manifestaciones violentas del jueves y a la espera de que el Gobierno del primer ministro, Ariel Henry, se reúna para tomar medidas ante la grave situación en el empobrecido país.
Decenas de policías armados atacaron el jueves la residencia privada de Henry, quien no se encontraba en el país, para repudiar la falta de acción de las autoridades ante los asesinatos de agentes por parte de las bandas armadas, lo que causó tensión en la capital, obligando al cierre de las escuelas, los bancos y las empresas.
Tras lo acontecido el jueves, cuando se sucedieron los disparos, las barricadas y la quema de vehículos, el país estuvo paralizado el viernes, incluso, varias embajadas decidieron no abrir sus puertas.
Sin embargo, este sábado el área metropolitana de Puerto Príncipe vuelve a estar aparentemente en calma y las actividades se van reanudando poco a poco.
Henry, cuyo regreso al país el jueves desde Argentina se vio retrasado a causa las violentas protestas en su contra en los alrededores del aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, condenó los ataques de las bandas a los policías.
«No aceptaremos en absoluto lo que está ocurriendo. El hijo del pueblo que tomó la decisión de defender el país mientras otros lo abandonan merece otro trato», declaró.
Asimismo, el primer ministro dijo comprender la demanda de los agentes, al tiempo que expresó sus condolencias a los familiares de los agentes del orden asesinados recientemente.
«El Estado asumirá sus responsabilidades con las familias de las víctimas», declaró Henry, la principal autoridad en el país tras el asesinado del presidente Jovenel Moise en julio de 2021.
A pesar de su dolor, los agentes «no deben confundir sus objetivos y adversarios en su batalla», precisó.
«Hay que poner fin a esta inseguridad que se está extendiendo. Vamos a trabajar juntos para encontrar la solución adecuada. No vamos a aceptar que bandidos de todo tipo siembren la división entre nosotros», apuntó.
Tras lo sucedido, anunció para este fin de semana una reunión con el Consejo Superior de la Policía Nacional y un consejo de ministros «para tomar todas las medidas necesarias para que estos actos no se repitan», dijo en su discurso.
«Para que todos los niños puedan volver a la escuela en paz, pero también para que todos los haitianos, los extranjeros que viven en el país y todas las misiones diplomáticas puedan reanudar sus actividades con normalidad, prosiguió.
Asimismo, informó que solicitó al jefe de la Policía, Frantz Elbe, y al alto mando de la institución hablar con los representantes de los manifestantes y elaborar un informe cuanto antes de lo ocurrido esta semana.
Haití lleva años inmerso en la crisis y la violencia, situación agravada tras el magnicidio en julio de 2021 del entonces presidente Moïse a cargo de supuestos mercenarios, la mayoría colombianos, que irrumpieron en su residencia privada.
En octubre pasado, el Gobierno solicitó oficialmente el envío de una fuerza extranjera, tras lo cual el secretario general de la ONU, António Guterres, propuso establecer una «fuerza de acción rápida» compuesta por militares de uno o varios países y no bajo bandera de Naciones Unidas, una iniciativa que aún no se ha concretado.
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