MADRID.- Un equipo de investigadores ha descubierto que una terapia combinada de dos medicamentos podría mejorar el tratamiento de los pacientes con los tumores cerebrales más frecuentes y agresivos, cuya tasa de supervivencia apenas ha mejorado en los últimos cincuenta años.
El trabajo se ha llevado a cabo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde los científicos han estudiado en profundidad la resistencia a un medicamento – la temozolomida- que se utiliza como tratamiento principal contra el tumor cerebral más agresivo -el glioblastoma-, al que muchos de los pacientes dejan de responder con el paso del tiempo.
Los investigadores han comprobado que la combinación de ese medicamento con otro -el dianhidrogalactitol- ayuda a eludir esas resistencias y aumenta la supervivencia, algo que ya han demostrado en ratones con tumores cerebrales, ha informado hoy el CNIO tras la publicación de los resultados de esta investigación en la revista Molecular Cancer Therapeutics, de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
Los glioblastomas son los tumores cerebrales más frecuentes y más agresivos, con una tasa de supervivencia que apenas ha mejorado en los últimos cincuenta años, lo que pone de manifiesto, ha subrayado el CNIO, la necesidad urgente de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.
El equipo liderado por el investigador Massimo Squatrito, jefe del Grupo de Tumores Cerebrales de la Fundación Seve-Ballesteros del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), propone tras su trabajo una novedosa estrategia terapéutica basada en la combinación de esos dos fármacos.
Squatrito ha explicado a EFE que se trata de un trabajo pre-clínico «muy alentador», pero ha incidido en que hasta que no se validen los resultados en un entorno clínico será difícil predecir cuándo se traducirá el hallazgo en un tratamiento beneficioso para los pacientes con este tipo de tumor.
«Antes de que nuestros resultados puedan tener un impacto real en los pacientes, esta combinación tiene que ser probada en ensayos clínicos, para comprobar su seguridad y que no implicará ninguna toxicidad asociada para ellos», ha manifestado Squatrito.
El científico ha explicado que la «temozolomida» está ya aprobada para el tratamiento del glioblastoma, y que el uso del «dianhidrogalactitol» todavía se investigando en ensayos clínicos y, hasta ahora sólo se ha aprobado para el tratamiento de un tipo de leucemia y el cáncer de pulmón en China.
El CNIO ha recordado que en la actualidad, el principal y casi único tratamiento contra ese tipo de tumores cerebrales es la combinación de la radioterapia con la quimioterapia con «temozolomida», tras la extirpación quirúrgica de la masa tumoral.
Como la mayoría de las quimioterapias empleadas, ese fármaco produce daños en el material genético de las células tumorales, induciéndolas al colapso y muerte celular, y en casi la mitad de los pacientes los tumores se vuelven resistentes a este fármaco y el tumor continúa creciendo incluso durante el tratamiento.
“Si bien la incidencia del glioblastoma no es excesivamente alta en adultos, son los tumores cerebrales más frecuentes, para los que no hay tratamientos efectivos ni marcadores de respuesta al tratamiento o de la generación de resistencias”, ha señalado Squatrito.
Pero ¿qué ocurre en los pacientes con ese tipo de tumor para dejar de responder a la temozolomida?; el investigador y su equipo ya habían arrojado luz sobre esa cuestión en un estudio anterior, cuando comprobaron que el tumor conseguía crecer y esquivar el tratamiento.
Ahora, los científicos han estudiado en profundidad la resistencia a la temozolomida y han comprobado que las células tumorales acumulan mutaciones que les confieren la capacidad de esquivar los efectos de ese fármaco.
Los tumores son sistemas complejos que despliegan múltiples herramientas para engañar al cuerpo y poder crecer y desarrollarse, ha observado el CNIO; y ha destacado que una de las grandes revoluciones y esperanzas para muchos pacientes son las terapias combinadas, dirigidas contra varios de estos componentes que intervienen en el proceso tumoral.
Así, los avances en la comprensión de la biología molecular de los tumores están permitiendo la aparición de nuevas terapias y su combinación de forma dirigida para combatirlos, así como evitar las resistencias que generan.
En esa línea, los investigadores han puesto el foco en «dianhidrogalactitol», que ya está siendo testado en ensayos clínicos para tumores cerebrales y otros tipos de cáncer como el de ovario.
Este estudio ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, el Instituto de Salud Carlos III, la Fundación Seve Ballesteros, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO).
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