Redacción Internacional.- Como media, el Sol gira sobre sí mismo una vez cada 27 días, mientras que la Tierra lo hace cada 24 horas. Pero a unos 2.000 años luz de distancia hay una enana blanca, una ‘estrella vampiro’ que absorbe material de una estrella compañera, que ha batido todos los récords conocidos al girar sobre sí misma una vez cada 25 segundos. Lo cual es muchísimo menos que las varias horas o días que normalmente tarda una enana blanca ‘corriente’ en efectuar una rotación completa.
Se trata, por lo tanto, de la rotación estelar más rápida jamás observada hasta ahora. Sin contar, por supuesto, objetos tan extraños como las estrellas de neutrones o los agujeros negros. El hallazgo se ha publicado en el servidor de la Universidad de Cornell arXiv.
Una enana blanca es lo que queda de una estrella de menos de diez masas solares cuando agota su combustible nuclear y expulsa violentamente sus capas externas al espacio. Se trata, de hecho, de una de las etapas de la evolución estelar. Una que, por cierto, atravesará la inmensa mayoría de las estrellas que conocemos, incluido el Sol. No en vano, las enanas blancas son, junto a las enanas rojas, las estrellas más abundantes de todo el Universo.
Su nombre es LAMOST J0240 + 1952, forma parte de un sistema binario (dos estrellas que se orbitan mutuamente) y se encuentra en la constelación de Aries. Tiene aproximadamente el mismo tamaño de la Tierra, aunque muchísimo más densa, lo que implica que es casi tan masiva como el Sol. Su fuerza gravitatoria es tan grande que si dejáramos caer sobre ella una piedra desde unos pocos metros de altura, se estrellaría contra la superficie a varios miles de km por hora.
La ‘culpa’ de esta rotación tan rápida la tiene su compañera, una enana roja mucho mayor que gira a su alrededor y que está siendo ‘vampirizada’ por su pequeña hermana. La fuerte gravedad de la enana blanca, en efecto, está absorbiendo material de la otra estrella, y el gas ‘robado’ que cae sobre ella la está haciendo girar cada vez más rápido, de una forma análoga a como el agua que cae hace girar la rueda de un molino.
El hallazgo tuvo lugar durante la noche del pasado 7 de agosto. Fue entonces cuando la astrónoma Ingrid Pelisoli, de la Universidad de Warwick, detectó junto a sus colegas un destello de luz que se repetía cada 24,93 segundos, revelando la rapidísima rotación de la enana blanca. 5 segundos menos, por cierto, que el anterior récord de rotación estelar.
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