Las más recientes elecciones presidenciales en Costa Rica las perdió el expresidente José María Figueres Olsen, hijo del héroe nacional y también varias veces expresidente “Pepe” Figueres, el de la célebre revolución de 1948, gran demócrata liberal y amigo de Juan Bosch cuando este creía en la democracia liberal. Fue en su instituto donde Bosch fue profesor en 1959-1961. Figueres, padre e hijo, eran del Partido de Liberación Nacional el cual estuvo en el poder durante muchos años.
Es como si en nuestro país hubiese perdido las elecciones la hija de Hipólito Mejía o el hijo de Leonel Fernández, o viejos robles como Milagros Ortiz Bosch. El partido fundado por Figueres es el equivalente al PRD dominicano y sus posteriores metamorfosis en PLD, PRM y Fuerza del Pueblo. Por cierto, José María Figueres Olsen visitó nuestro país durante su campaña electoral lo cual le provocó fuertes críticas pues se suponía, o que estaba haciendo negocios aquí, o que estaba buscando plata para su campaña, algo prohibido por las leyes de su patria.
El que ganó las elecciones, Rodrigo Chaves, estuvo treinta años ausente de su país donde era prácticamente un desconocido y fue apenas cuatro años antes de las elecciones que ganó que creó su partido, el Progresista Social. Fue una contienda entre caras nuevas y caras viejas. Chaves tuvo la suerte de buscar como jefe de su campaña y candidata al Congreso a Pilar Cisneros quien, aunque originalmente peruana, devino hace años en la comentarista de televisión más importante y popular, con los ratings más altos pues se había dedicado a criticar fuertemente la corrupción y a los políticos y fue ella quien lo dio a conocer. Es como si Freddy Beras Goico, el más conocido y popular de los dominicanos de su época, hubiese auspiciado la candidatura de un dominicano ausente. El voto en Costa Rica fue uno de castigo pues el candidato del partido de gobierno quedó en tercer lugar, siendo el absentismo el “partido mayoritario” con un 43%.
La gente, desilusionada, buscó el cambio y no lo mismo. Es más, casi todas las elecciones recientes en América Latina las ha perdido el partido en el poder. Los costarricenses sí creían en Pilar Cisneros. Como declaró un votante: “No conozco a Chaves, pero confío en Pilar, quien con firmeza y sin miedo lleva años atacando”. El discurso de Chaves fue anti sistema, anti partido y anti élites. La difícil situación económica en años recientes, junto con requerimientos estructurales, ha generado en Costa Rica una situación de malestar y rabia hacia la clase política, especialmente en las zonas rurales y costeras de ese país. También se ha criticado mucho la corrupción en obras públicas. La retórica de Chaves se enfocó en la crisis económica del país, la creciente pobreza, inflación y deuda externa.
¿Aparecerá un dominicano ausente, desconocido aquí, quien busque la Presidencia apoyándose en una figura muy conocida de nuestra televisión?
¿Dios quiera?… ¿Dios Piera?
Mientras tanto en Brasil, Lula según las encuestas electorales aventaja al presidente actual Jair Bolsonaro. Por cierto, en el voto para sacar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Brasil y México se abstuvieron y Cuba, Nicaragua y Bolivia votaron en contra.
Finalmente, el BID proyecta una reducción en el crecimiento de América Latina y el Caribe durante los próximos dos años y, sobre todo, en el 2023, año precisamente preelectoral en nuestro país
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