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Batalla Electoral 2024

¿Hasta cuándo...?

Como decía aquel inolvidable maestro del periodismo que fue don Rafael Herrera, seguimos siendo un país de sobrevivientes, cobijados bajo el ala protectora y milagrosa de La Altagracia.

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Son tantas y tan diversas las piezas que ofrece el hecho que casi con ellas pudiera armarse un rompecabezas.

Una menor que desde bien temprano comienza a presentar serios trastornos conductuales frente a la indiferencia de una progenitora a todas luces ignorante y ajena a sus deberes maternales.

Un general de la Policía, quien llegó a desempeñar una elevada jefatura regional en el Cibao, que en el 2016 comienza a mantener relaciones sexuales con  la menor de apenas trece años.

Un embarazo y un aborto en el 2017 de la misma, a instancias del general.

Otro embarazo y nuevo aborto en el 2018, nuevamente a reclamos del general, quien le suple una suma de dinero y pastillas abortivas.

Un coronel del propio cuerpo a quien la menor le es presentada por el general, y que comienza también a tener relaciones íntimas con la misma, las cuales son mostradas en un video que se hace viral en las redes sociales.

El mismo coronel que la viste de policía y la utiliza para tratar de cobrar sobornos a presos recluidos en la cárcel de Rafey, donde un capo le propinó  una golpiza.

La madre de la víctima, quien afirma que afirma que esta trató de chantajear el general amenazándolo con divulgar fotos de ambos en posturas explícitas lo que provocó un conflicto que se resolvió con la mediación de un abogado no identificado, donde el general habría entregado un televisor, una nevera y una cama a cambio del silencio de la menor.

La madre de la menor que derrama lágrimas no por los atropellos y abusos inferidos a su hija,  sino por el apresamiento del general, y se queja de que ella nunca debió acusarlo.

Y finalmente, aunque quizás no sea el último capítulo de esta historia, la quinceañera que vuelve a estar embarazada por tercera vez.

Son piezas de un mismo rompecabezas que cuando encajan arrojan  el triste, doloroso, traumático resultado, multiplicado muchas veces a todo lo largo y ancho del país, de la gravísima crisis en que se halla sumida  la institución familiar  y  el penoso estado de descomposición moral a que hemos llegado.

Mientras tanto, el tema de la modificación constitucional y la reelección sigue dominando la actualidad mediática y manteniendo entretenida y en vilo a la opinión pública.

Un señor diputado, con 18 años de casi silenciosa permanencia en la Cámara, quien dice no tener pelos en la lengua al afirma que allí todo y todos están en venta.

El escandaloso expediente de la Odebrecht que sigue abultándose con nuevas revelaciones de sobornos dadas a conocer por la incansable Alicia Ortega.

El director del DNI  nos ofrece la asombrosa afirmación  en entrevista al “Listín Diario” de que la Policía y la Procuraduría General tienen ubicado y saben donde está “Quirinito”, prófugo desde hace dos años.

El expediente por el atentado en que resultó gravemente herido David Ortiz continúa abierto, lleno de interrogantes y sumando nuevos implicados mientras el alegado elemento  que posee la clave del hecho continúa prófugo.

Desde las prisiones y no solo la recién requisada Azua, a través de las decenas de celulares que inundan sus recintos pese a estar prohibido    se siguen ordenando hechos criminales y manejando negocios en el exterior por parte de presos que imponen su ley y semejan réplicas en miniatura del desaparecido Pablo Escobar cuando seguía dirigiendo su imperio criminal desde el interior de la cárcel de Envigado hecha a su medida.

Las playas se nos inundan de sargazo; el Isabela de lilas y el Ozama vierte todos los detritus que arrastra en la bahía de la Primada de América, dándole a sus aguas que debieran ser azules un escasamente atractivo color gris ceniciento, mientras en el Malecón, como símbolo de la misma distintivo de la misma se muestra esplendorosa la remozada estatua de fray Antón de Montesinos con su eterno grito de denuncia y reclamo de justicia, rescatada después de un prolongado y vergonzoso proceso de abandono.

Enfrentamos una campaña interesada, desleal y en gran medida perversa contra nuestro turismo, una de las principales herramientas con que cuenta el país para promover el desarrollo económico y social.

El régimen de Maduro que lanza al vuelo sin elementos probatorios la denuncia de que el país ha servido de campo de preparación de un atentado para poner fin a su vida, que sería llevado a cabo por mercenarios israelíes, estadounidenses y colombianos.

Es solo una parte de la mucho más compleja carga que arrastramos, pese a lo cual seguimos cabalgando “en el mismo trayecto del sol” como el tenaz hidalgo de La Mancha y su fiel escudero Sancho siempre tratando de aparejar la carga en el camino.

Como decía aquel inolvidable maestro del periodismo que fue don Rafael Herrera, seguimos siendo un país de sobrevivientes, cobijados bajo el ala protectora y milagrosa de La Altagracia.

La gran interrogantes es…¿hasta cuándo?

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