REDACCIÓN.- En una entrevista en el programa El Despertador, Játzel Román, vicepresidente del Centro de Análisis para Políticas Públicas, abordó las implicaciones del regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos, en el contexto de su toma de posesión el próximo 20 de enero. Según Román, este cambio en la administración podría tener efectos significativos en las dinámicas políticas y económicas de América Latina y en la relación bilateral entre Estados Unidos y República Dominicana.
Resaltó los avances logrados en la relación entre ambos países durante la administración saliente. Entre ellos mencionó la inclusión de República Dominicana en el programa Global Entry, que facilita los trámites migratorios en aeropuertos de Estados Unidos, y la participación del país en la estrategia de semiconductores, considerada clave para transformar la economía dominicana.
“Estos logros son un reflejo del buen manejo diplomático de República Dominicana, y hay razones para pensar que con la administración entrante de Trump esta relación seguirá siendo positiva”, afirmó Román
Román destacó que muchas de las figuras clave que integrarán el gabinete de Trump tienen una relación positiva con República Dominicana, algo que puede beneficiar al país en áreas estratégicas. “Es importante resaltar que algunos de los futuros miembros del equipo de política exterior, como el Secretario de Estado Marco Rubio y el Enviado Especial para América Latina Mauricio Claver-Carone, han demostrado aprecio por la República Dominicana e incluso hablan español. Esto promete una buena comunicación y posibilidades de cooperación”, explicó.
A pesar de esto, Román aclaró que los intereses estadounidenses siempre prevalecerán en estas relaciones. “No significa que tendremos carta abierta para imponer nuestras prioridades en Washington, pero sí hay señales de continuidad en la relación especial que se ha mantenido en los últimos años”, señaló.
El regreso de Trump también plantea retos para la región. Según Román, su política de endurecimiento en temas como migración y seguridad fronteriza podría generar tensiones, especialmente en países que enfrentan crisis como Venezuela y Nicaragua.
“República Dominicana debe estar preparada para adaptarse a estos cambios y continuar posicionándose como un aliado clave de Estados Unidos en el Caribe. Nuestra capacidad para actuar como puente entre las demandas estadounidenses y las necesidades regionales será crucial”, comentó.
Además, Román destacó que República Dominicana, aunque no sea un poderío económico, se ha consolidado como un “faro de luz democrática” en América Latina. Este liderazgo, dijo, es una responsabilidad que el país debe asumir con seriedad, especialmente en un contexto regional marcado por la polarización y la inestabilidad política.
Con la toma de posesión de Trump a la vuelta de la esquina, Román concluyó que el panorama político en América Latina estará marcado por cómo Estados Unidos redefine su estrategia hacia la región. Para República Dominicana, el desafío será continuar fortaleciendo su relación bilateral mientras aprovecha las oportunidades que ofrece este nuevo capítulo en la historia política estadounidense.
“Es un momento para mantener la diplomacia activa y demostrar que República Dominicana puede ser un actor clave en el hemisferio. No se trata solo de mantener lo logrado, sino de avanzar hacia una relación más estratégica y mutuamente beneficiosa”, concluyó.
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