Los primos Fernando Altagracia Peña Eusebio y Alejandro Roberto Bello Matos, profesores de la escuela de La Siria, un batey perteneciente al municipio de Quisqueya, en la provincia de San Pedro de Macorís, han sido acusados de cometer abuso sexual contra una estudiante de 13 años. Al conocerse la noticia, la menor de edad no ha vuelto a la escuela; la vergüenza, la culpa y el miedo la acorralan.
El Ministerio Público de San Pedro de Macorís, al obtener evidencias que vinculan al profesor de inglés y francés con el crimen, impuso prisión preventiva a Fernando Altagracia. El profesor de Matemáticas de la misma escuela, Alejandro Bello, se encuentra prófugo de la justicia.
Según refirió el Ministerio Público, ambos maestros “enamoraban y manoseaban a la menor, como todo lo relacionado al abuso sexual, físico y psicológico”.
Al referirse al profesor Fernando Altagracia, la niña reveló: «Él me manoseaba, me ahorcaba, me pasaba sus manos en todas partes, se sacaba su pene y me obligaba a ponerme su pene en mi boca». Fuente: Diario Libre.
Estas presuntas violaciones habrían tenido lugar en las aulas de clases. Según refiere la niña: “Le hacía fuerza a su maestro para que parara la agresión, pero este no decía nada, solo se aprovechaba”. Según la acusación, una vez la agarró por el cuello y casi la mata”.
Para cometer sus fechorías, su primo, el prófugo profesor Alejandro Roberto, violaba a la estudiante dentro de la iglesia Fe Apostólica La Siria. Relata la niña: «Él ponía su parte en mi parte, me agarraba la mano, pero yo le hacía fuerza». Fuente: Diario Libre.
El peritaje ginecológico realizado a la niña determinó que presentaba la membrana himeneal con desgarro antiguo, es decir, una lesión vaginal que se produjo hace más de 10 días.
Ante esta denuncia, el Ministerio de Educación comunicó que suspendió a la directora, la orientadora, el coordinador administrativo y a los docentes involucrados en la presunta violación.
Para referirse al hecho, el Ministerio de Educación, Ángel Hernández, afirma: “Se pudo verificar que había dos docentes que tenían una relación impropia con unas estudiantes, y que ha recibido muchos casos de ese tipo”. Ante la insistencia de la prensa, se despachó afirmando: “Ya eso pasó”.
Ángel Hernández, al calificar este crimen como “relaciones impropias”, perpetúa la normalización de la violencia. La metáfora se vuelve un velo que oculta una verdad insoportable: lo que no se nombra, no existe, y aquellos que callan son cómplices en el silencio. La hermandad de la manada.
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