LOS ÁNGELES.- Desde que la Academia de Hollywood inició su andadura en 1927 uno de sus objetivos, además de entregar los Óscar, fue inaugurar un museo dedicado al cine que abrirá sus puertas más de 90 años después con un espectacular edificio diseñado por el arquitecto Renzo Piano.
Aunque otras ciudades del mundo como París, Pekín y Turín (Italia) cuentan desde hace años con museos dedicados al cine, Los Ángeles, la capital del séptimo arte, carecía del suyo. El Academy Museum of Motion Pictures pondrá fin a esa incongruencia con un centro que espera convertirse en uno de los atractivos turísticos de la metrópolis californiana.
«Sabemos que se convertirá en un símbolo instantáneo de Los Ángeles. Una visita obligada», afirmó este martes el director de la nueva institución, Bill Kramer, en la presentación de un museo que ha costado 400 millones de dólares.
El centro abrirá al público el 30 de septiembre y muestra lo más destacado de una colección incomparable: 12 millones de fotografías, 190.000 artículos de cintas clásicas, 80.000 guiones, 50.000 pósteres y 20.000 diseños y bocetos.
Hay objetos pertenecientes a Cary Grant, Katharine Hepburn, Alfred Hitchcock y John Huston, recreaciones de escenarios míticos y artilugios originales de películas como «Star Wars», «The Wizard of Oz» y «La La Land».
Además, Pedro Almodóvar inaugurará las exposiciones temporales con una instalación que repasa su carrera a través de las temáticas que le obsesionan, como la familia, las madres, la culpa o la educación religiosa.
Casi un siglo después
La Academia ha envuelto este inmenso archivo, el «mayor del mundo» según su presidente, David Rubin, en una superficie de 28.000 metros cuadrados que ocupa dos edificios conectados por puentes junto a otra de las insignias de California, el museo LACMA.
Piano, creador del Centro Pompidu de París (con Richar Rogers) y el puntiagudo Shard de Londres, recibió un encargo doble: Levantar una nueva estructura en el horizonte plano de Los Ángeles y revitalizar el Saban Building, un antiguo centro comercial inaugurado en 1938 que se mantiene como ejemplo del estilo «streamline» que invadió las ciudades del oeste estadounidense el siglo pasado.
«Ha sido un placer diseñar este edificio. Cuando era pequeño tuve dos cosas importantes, el mar y el cine», afirmó el arquitecto italiano.
Una enorme bola -«burbuja» según Piano-, que comparte estilo con el Centro Botín de Santander (España) preside el museo, cuya terraza mira hacia las colinas de Hollywood, que quedan a unos 5 kilómetros de Miracle Mile, el barrio donde se sitúa el complejo.
El camino hacia esta inauguración no ha sido sencillo. Las primeras ideas para este museo llegaron en los años 1930 pero no se materializaron hasta 1960, cuando un grupo de empresarios contrató al arquitecto William Pereira para diseñar un centro a los pies del cartel de Hollywood que nunca se materializó.
Medio siglo después, en 2012, la Academia anunció la compra del Saban Building y comenzó una ronda de financiación que ha contado con aportaciones de nombres conocidos como Steven Spielberg, Barbra Streisand, Laura Dern, Eva Longoria, Tom Hanks y Bob Iger.
Su promesa era abrir las puertas en 2017, pero los constantes atrasos en las obras aplazaron la fecha hasta 2020. Luego llegó la pandemia y retrasó todo un año más.
«No soy cineasta ni arquitecto, pero hace unos años acordé liderar esta campaña de financiación porque este museo es importante para Los Ángeles. Otras ciudades tienen museos del cine, pero este tiene que ser el Partenón de esos lugares», afirmó Tom Hanks, en representación de las estrellas que han contribuido al proyecto.
Hollywood enmienda sus errores
A lo largo de los casi diez años que ha durado la creación del museo, el cine y la sociedad han cambiado.
Los Óscar tuvieron que hacer frente a las críticas de racismo bajo el lema #Oscarsowhite (Óscar demasiado blancos) y Hollywood ha examinado la representación que hace de los latinos, los negros y los asiáticos en una industria predominantemente anglosajona.
Por eso, el museo dedica un importante espacio a contar la historia de los olvidados y a enmendar sus errores.
Sidney Poitier, el primer negro en ganar el Óscar a mejor actor, da nombre al vestíbulo principal; un apartado dedicado a «Real Women Have Curves» destaca la experiencia latina en EE.UU. y varios paneles repasan a mujeres que rompieron barreras como Sophia Loren y Rita Moreno, la primera hispana ganadora del Óscar a mejor actriz.
Como broche final, quien lo desee podrá vivir la experiencia de ganar la preciada estatuilla con «The Oscars Experience», en la que los visitantes podrán sujetar un Óscar auténtico.