El retorno de los damnificados a El Túnel Capotillo tras el huracán Melissa se ve marcado por el temor y la incertidumbre ante la posibilidad de nuevas crecidas del río.
Santo Domingo.– Con el cansancio reflejado en sus rostros y entre el lodo que aún cubre sus hogares, decenas de familias del barrio El Túnel de Capotillo comenzaron este miércoles a retornar a sus viviendas, luego de permanecer siete días refugiadas en la escuela básica del sector debido a las fuertes inundaciones provocadas por el paso del huracán Melissa.
Aunque las aguas del río han bajado, los damnificados aseguran que no existen condiciones reales para volver, ya que muchas de las casas continúan llenas de humedad y escombros. Los afectados temen que, ante una nueva crecida del caudal, deban salir nuevamente corriendo en plena madrugada, como ocurrió la semana pasada.
Adela Pinales, residente en la zona por más de 30 años, lamentó que gran parte de los ajuares que logró adquirir con esfuerzo, como camas y electrodomésticos, quedaron inservibles.
“Lo perdí todo… La nevera, las camas, todo se dañó. El lodo lo tapó todo”, expresó la comunitaria.
Durante una semana, 39 familias permanecieron en el plantel escolar. Sin embargo, debieron abandonarlo debido a la reanudación de las clases. Muchos consideran que fue una medida precipitada, tomando en cuenta los riesgos que subsisten en la zona.
Gilda Arias, otra de las afectadas, afirmó que regresan a sus casas con temor:
“No debieron sacarnos todavía. Ese río puede subir de nuevo en cualquier momento y uno no tiene adónde correr”.
En la barriada, unidades del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional y miembros de la Defensa Civil trabajan arduamente removiendo escombros y colaborando con la limpieza de las viviendas anegadas. Entre los restos aún visibles se encuentran colchones empapados, juguetes llenos de lodo y documentos personales mojados.
Los comunitarios piden a las autoridades que les permitan permanecer en el refugio al menos hasta el fin de semana, mientras recuperan parte de sus pertenencias y se garantiza que la crecida del río no represente un nuevo peligro.