Alicante (España).- La ciencia española acaba de dar un primer paso en el reto de poder diseñar nuevas estrategias para luchar contra el cáncer basadas en el uso de compuestos naturales tras haber identificado la capacidad anticancerígena de un pigmento presente en las salinas de Santa Pola (Alicante), a partir de ensayos ‘in vitro’ con células aisladas de varios tipos diferentes de tumores de mama.
Este importante hallazgo es fruto del trabajo realizado por el grupo de investigación de Bioquímica Aplicada de la Universidad de Alicante (UA), en colaboración con el Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante (HGUDB) y el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL).
«Hemos comprobado en ensayos ‘in vitro’ la capacidad antitumoral de este pigmento en el cáncer de mama con células aisladas. No hemos trabajado con tejidos completos, con una muestra de biopsia, sino con células aisladas de varios tipos diferentes de tumores de mama», explicó a EFE la catedrática de Biología y directora del grupo, Rosa María Martínez.
LIMITA EL CRECIMIENTO DE LAS CÉLULAS CANCERÍGENAS
Durante los ensayos en laboratorio se constató que este pigmento, de nombre bacteriorruberina, evita el crecimiento de las células cancerígenas y que el metabolismo de éstas funcione con normalidad, «con lo cual si se reprodujera este resultado ya sobre el tejido de la mama, estaríamos ante un efecto de bloqueo del tumor», indicó Martínez.
Este pigmento lo producen unos microorganismos, las ‘arqueas halofílicas’, con el fin de protegerse del sol, que se hallan tanto en las salinas de Santa Pola como en la laguna de Torrevieja y en las salinas situadas en el interior de la provincia de Alicante, concretó Martínez.
Las ‘arqueas halofílicas’ requieren de un ambiente hipersalino para prosperar, de forma que se pueden encontrar principalmente en marismas costeras de alta salinidad, salinas de interior o lagos hipersalados.
El hallazgo de la capacidad antitumoral de este pigmento, publicado en la prestigiosa revista Nature Scientific Reports, se inició con el desarrollo de la tesis doctoral de Micaela Giani, del grupo de investigación de Bioquímica Aplicada de la UA, según informaron fuentes de esta institución académica.
POSEE TAMBIÉN CAPACIDAD ANTIOXIDANTE
En ella, la ya doctora demostró con ensayos ‘in vitro’ la actividad antioxidante del pigmento y su efecto en enzimas (biocatalizadores) que están implicadas en patologías como la diabetes o el síndrome metabólico.
“Tras dar a conocer estos resultados, fue entonces cuando nos planteamos qué pasaría si añadíamos el pigmento a las células cancerígenas basándonos en la hipótesis de que, siendo un pigmento con una actividad antioxidante casi 300 veces superior a la de otros antioxidantes, podría limitar la capacidad de crecer y reproducirse de estas células”, señaló Martínez en un comunicado de la UA.
En esta segunda fase, el grupo de investigación ha trabajado en colaboración con la doctora Gloria Peiró, patóloga del HGUDB y profesora del Departamento de Biotecnología de la UA, y Yoel Genaro Montoyo-Pujol, doctor en Ciencias experimentales y biosanitarias e investigador también en la UA, ambos pertenecientes al grupo de investigación en cáncer de mama e inmunología de ISABIAL.
Gracias a esta colaboración se pudo comprobar ‘in vitro’ el efecto de este pigmento en líneas celulares representativas de diferentes fenotipos intrínsecos de cáncer de mama y en una línea de tejido mamario sano.
“Y hemos llegado a la conclusión de que, en determinadas dosis, el pigmento no causa ningún efecto dañino sobre la célula sana, pero sí limita la capacidad de crecimiento de las células neoplásicas” (que podrían dar origen a un tumor), reveló Martínez.
SIGUIENTE PASO: ENSAYAR EN MUESTRAS DE TEJIDO DE BIOPSIAS
Destacó a EFE que la trascendencia del resultado de este trabajo es, «desde luego, muy grande. Es un pequeño primer paso, pero si se sigue adelante con la investigación, pasando por la fase de muestras de tejido de biopsias o piezas quirúrgicas, se ensaya con más tipos de tumores y se prueba en todos ellos que se obtiene el mismo resultado, estaríamos ante un pigmento que permitiría abordar una nueva forma de tratar los tumores con un compuesto natural», apuntó.
El objetivo final es que se pueda utilizar como un compuesto natural para este tipo de tumores, evitando así otros tratamientos basados en la quimioterapia y la radioterapia, que «tienen muchos efectos secundarios no deseados», dijo.
Siendo un compuesto natural, a priori se espera que sus efectos secundarios que ocasione sean mínimos en comparación con una quimioterapia, aunque este último extremo está aún por investigar, añadió.
«Se sospechaba de la capacidad antitumoral de este pigmento y se había descrito que era antioxidante, que previene de la oxidación por la radiación ultravioleta o por la exposición a compuestos tóxicos, pero no se habían hecho estudios serios (hasta ahora) para probar realmente su capacidad tanto antioxidante como antitumoral», detalló Martínez.
Tras este descubrimiento, los investigadores tienen «dos frentes abiertos». Por un lado, seguir analizando el efecto del pigmento con otros tipos de células tumorales (por ejemplo, hepático o pulmón) y, por otro, como continuación del estudio ya iniciado con los tumores de mama, ensayar este compuesto natural en muestras de tejido de biopsias o piezas quirúrgicas obtenidas directamente de pacientes para corroborar si se reproducen o no los resultados observados en los ensayos ‘in vitro’ con células aisladas.
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