REDACCIÓN.- La Iglesia católica manifestó este martes su preocupación por el nivel de «desencuentro y confrontación» en Bolivia y abogó por el «diálogo, tolerancia y reconciliación» al cumplirse el día 25 del paro que contrapone a Santa Cruz, la mayor región del país, con el Gobierno de Luis Arce.
Los obispos católicos emitieron un pronunciamiento por una «Cultura del Encuentro» en la conclusión de la CXI Asamblea de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), que se desarrolló durante cinco jornadas en Cochabamba, departamento en el centro del país.
«Pedimos, en el nombre de Dios, que acabe el hostigamiento entre hermanos bolivianos, y exhortamos, a quienes están llamados a hacerlo que abran espacios auténticos de diálogo, tolerancia y reconciliación», señaló el episcopado.
Los obispos apuntaron que el pueblo «sufre» cuando sus autoridades «dilatan, postergan y provocan incertidumbre en temas decisivos que hacen (a) la gestión de un país» y recordó que son aquellas las llamadas a garantizar los derechos de su población «con una escucha auténtica».
«La coyuntura boliviana actual preocupa a todos por el desencuentro y la confrontación, exacerbada por la violencia desmedida motivada por fines políticos de contraposición, generando como respuesta un aumento de la misma y el quiebre social», remarcan los obispos.
En declaraciones a EFE, el presidente de la CEB, Aurelio Pesoa, expresó que a lo largo del conflicto ha faltado un «diálogo sincero y honesto» de las partes.
Los prelados pidieron «señales positivas y concretas» para que se cumplan las expectativas de la población en un «clima de convivencia pacífica y serena» y un «desarme de posiciones violentas».
En el manifiesto también piden el «respeto y garantías» para quienes disienten con el Gobierno «para que no sean víctimas de persecución y del uso inapropiado de la justicia».
Asimismo, recuerdan que la misión de la Policía es de protección a la población y que no debe ser un factor de «enfrentamiento y violencia».
El censo poblacional estaba previsto para este año, pero el Gobierno lo postergó para 2024 argumentando problemas técnicos y despolitizar el proceso.
Finalmente, y luego del trabajo de una mesa técnica entre el Gobierno y representantes de los nueve departamentos, de la que luego se retiró Santa Cruz y tres municipios más, el presidente Arce anunció el pasado viernes después de la medianoche que la encuesta censal se realizará el 23 de marzo de 2024.
El pasado domingo, los líderes cívicos de Santa Cruz determinaron en un masivo cabildo dar 72 horas al Gobierno para que eleve el decreto del censo a una ley en la que también quede expresado que la distribución de recursos y de escaños parlamentarios se hará «con los resultados totales».
Así como exigir a las demás regiones sumarse a las demandas de Santa Cruz.
En el cabildo también se determinó la conformación de una comisión constitucional que «replantee la relación de Santa Cruz con el Estado boliviano», cuestión que el oficialismo ha entendido como un planteo hacia un modo de Gobierno federal.
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